Fuente: Revista Bamba - Villa Carlos Paz
Al Padre Julio César Grassi
Hoy he visto nuevamente tu alma transparente, cálida y sufrida. Nadie que conozca tu vida, que observe la dignidad con que llevas a cuestas tu martirio, podría dejar de rogar a María Auxiliadora para que cubra tu corazón con su manto. Aún en tu dolor, herido en carne viva por la injuria, lacerado por el infundio canalla y artero, siempre habrá en tí un proyecto cargado de caridad, techo, alimento y amor para esa niñez que muchos no quieren mirar para no hacerse cargo de la culpa de sus propias conciencias.
Este mes de enero he viajado sólo para llevarte fuerzas, en nombre de todos los que conocemos tu obra, y me encontré con un roble de sombra fresca: herido pero activo, lastimado pero jamás vencido, soñando con dulces peluches y casitas para sus niños que no cesan en pedir por él.
Nunca abandona, ni por unos instantes, la misión que ya, en su cuna, Mamá Adelina con intuición materna adivinaba los gorjeos de su amado bebé.
Por ello, hoy desde el cielo, esa maravillosa madre de "Coronel Pringles" y Tomás Osvaldo: el padre hacedor de una bella familia, jamás soltarán la mano de su hijo Julio César, querido como todos sus hermanos: Osvaldo Tomás, Juan José, María del Carmen y Alejandro, pero elegido por Dios para ser padre de tantos niños y sufrir este injusto Vía Crucis al que agregaron "palabrejas" abyectas y deplorables.
Salgo de Villa Carlos Paz para volver a ver su obra y regreso henchida de orgullo porque sus manos me bendijeron, porque conocí otra parte de "Felices los Niños", porque me pidió "chupetines" para sus hijos, porque sentí el perfume de San Juan Bosco y la presencia del Padre Pío canonizado por Juan Pablo II en el pasado mes de junio de 2002.
Padre Julio: yo, como mujer, educadora y cristiana le ofrezco lo más grande y lo más humilde: mi oración por usted, hasta que Dios silencie mis labios y como varias veces te dije "no importa la hora, las madres siempre estamos alertas."
Nosotros, los que sabemos de la pureza de tu alma te decimos "recibe estas palabras como desagravio para el santuario de tus virtudes."
Familiares y amigos del Padre Grassi
