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4/6/2009

Fuente: Cristo Hoy - Nota de Tapa
2 al 8 de junio 2009 - Año XIV Nº 784

Antes del Veredicto

El próximo miércoles 10, a las 14, los jueces declararán al padre Grassi inocente o culpable.

A horas antes de la fecha Cristo Hoy se entrevistó con él.









“...salvé junto a la buena gente de Felices los Niños a más de 20 mil niños de ser abusados o maltratados.”

 





¿Qué se siente a horas del veredicto?

—Siento la tensión propia de un día crucial, pero con mucha paz interior. Mientras tanto vivo mi rutina de trabajo en la Fundación. Trato de llegar a ese día como a un día más. Rezo mucho y clamo a Jesús por justicia y a la Virgen Auxiliadora que me saque de todo esto.


¿Piensa que están queriendo presionar mediáticamente a la Justicia?

—Sí, desde el primer día. No sólo a los Jueces, sino a la sociedad, haciendo ostentación de un poder de "dibujar la realidad a su antojo y acorde a sus intereses". Hablo sobre todo del grupo interesado en atacarme y de sus aliados. A la salida de cada día del juicio teníamos que escuchar por los medios a Juan Pablo Gallego, al dr. Calcagno Quijano y luego a la dra. Schulman diciendo exactamente lo contrario a lo que pasó adentro. Esto es para que la sociedad tenga una visión condenatoria hacia mi persona y ante una absolución todos digan: ¡Qué mal anda la Justicia! y yo quede siempre bajo la duda. Con mis abogados y Raúl Portal hicimos lo que pudimos comunicacionalmente dando notas en distintos lados, pero la tergiversación está a la orden del día. Esto se vio claro con el Comunicado del Arzobispado, que sólo era para defender la acción administrativa del vicario episcopal mons. Benítes Astoul y la gente de la Vicaría de Educación en lo referente a la Escuela "Santa Teresa de los Andes" y para nada hablando de mí. Uno de los diarios nacionales, como de costumbre, sacó en tapa: "Duro revés para el Padre Grassi", diciendo que el cardenal Bergoglio avalaba las denuncias de abuso. Y esto lo decía ambiguamente para que los que leen a la rápida los títulos entiendan equívocamente que la Iglesia me condena. Y es totalmente mentira. El comunicado no hablaba de mí, no hablaba de abusos en el Hogar, no hablaba de denuncia, sino de una presentación informativa, y no se metía en mi causa de Morón. Estaba todo en el marco de la relación afectiva y depresiva de un menor con su maestra en la escuela fundada por mí y desde 2006 a cargo del Arzobispado. Pero para ese matutino era un buen mensaje para los tres jueces que deben decidir sobre mí, dando a entender que la Iglesia me soltó la mano. Una vergüenza.


¿Usted habló con el cardenal Bergoglio?

—Me comunico frecuentemente, y este tema lo seguimos de cerca desde que comenzó. En esos días le escribí una carta, y él me llamó inmediatamente. Como no me encontró, lo llamé el sábado 23 de mayo por la tarde. Monseñor Bergoglio estaba indignado con la nota de ese matutino y me ratificó su afecto, su confianza, y que para nada me había soltado la mano como fantasiosamente publicó "Revista 23". Me recordó que como siempre está a mi lado en el duro momento que me toca vivir. Me comentó que puso al padre Carlos Accaputo, de Pastoral Social, para cuidar a los 19 chicos y chicas del Hogar de Chacarita, el que se reunió con Raúl Portal para que se haga un trabajo que sea organizado y beneficioso para los niños. Allí está todo tranquilo. Los chicos ya volvieron a sus escuelas y están perdiendo los miedos provocados por la injusta represión sufrida el 15 de mayo por orden de la jueza Rustan de De Estrada. Referente a mi causa judicial, el cardenal me dijo que me cree y que me entregue totalmente a Dios. Esto es así y a mons. Bergoglio como a mí nos indigna cómo el chusmerío barato de algunos medios siembre cizaña también hacia dentro de la Iglesia. No tienen límites éticos. Pero como yo voy a las fuentes, no caí en la trampa de adelantarme a contestar lo que los obispos jamás dijeron de mí.


¿Se siente apoyado por la Iglesia, entonces?

—Siento cariño, respeto y apoyo de muchas comunidades parroquiales, congregaciones religiosas, sacerdotes que me llaman, me escriben, rezan, juntan alimentos o fondos para los chicos de la Fundación. También he recibido apoyo del nuncio, el que también ayudó a la Fundación. También obispos, como mons. Poli, mons. Hesayne, mons. Laguna, mons. Sartoris, mons. Radizzani, mons. Fernández, mons. Romanín, mons. Uriona, mons. Martini, mons. Baseotto, mons. Di Monte, mons. Tirso Blanco desde Angola, y mi obispo, mons. Eichhorn, que me escriben o llaman dándome ánimo y siguen haciendo rezar a sus fieles para que el Espíritu Santo ilumine a los jueces.


ANTES LA PEOR DE LAS MUERTES

¿Qué mensaje les daría a los lectores de Cristo Hoy antes del fallo?

—Uno de los santos de la Familia Salesiana, santo Domingo Savio decía: "Antes morir que pecar". Parafraseando su lema espiritual yo también le aseguro que "preferiría morir con la peor muerte antes que dañar a un niño, no sería capaz de Semejante aberración y repugnante delito". Ser acusado de tremenda barbaridad me hace retorcer de dolor y sólo me sostiene mantenerme en mi eje de sacerdote con la oración, la santa misa, el rosario diario a la Virgen, para soportar estar inmerso en semejante injusticia. Solamente me puede comprender quien por un instante se ponga en mi lugar y trate de sentir lo que le pasaría si fuera acusado y procesado por este tipo de acusaciones siendo inocente. Tengo fortaleza y no veo la hora que esto termine con justicia para poder seguir trabajando día a día reconstruyendo la Fundación y seguir sirviendo en la Iglesia como ministro. Esta acusación es la peor que me podían hacer. No solamente no abusé de ningún chico o chica sino que salvé junto a la buena gente de Felices los Niños a más de 20 mil niños de ser abusados o maltratados. Les pido que recen para que Dios le dé fortaleza a los jueces para que no permitan la presión de nadie, y no tengan miedo a los que indirectamente los amenazan si me absuelven. Que el Espíritu Santo les dé a los tres Magistrados Sabiduría y Ciencia para que hagan un fallo justo. Por favor recen por los chicos de la Fundación y por mí. Yo ofrezco mi cruz por la Iglesia a la que entregué mi vida.




CORREO DE LECTORES DE CRISTO HOY

¡Qué casualidad!

Sigo las instancias del Juicio oral al padre Grassi por distintos medios y sobre todo por Cristo Hoy, semanario por el cual puedo ir viendo la otra campana, la del sacerdote acusado. Qué raro lo que sucedió en Chacarita. Justo ahora. Qué mal huele, a días del veredicto final del juicio. A días de concluir un camino de siete arios para el acusado y los que acusan. El tiro parece haber salido por la culata, pues sólo despertó indignación en la gente que conoce el bien que reciben los niños en las obras de la Fundación Felices los Niños. Vi por televisión cómo en la tensa situación de autoridades (ajenas a la institución) que no podían ingresar al establecimiento porque la gente se lo impedía, una señora gritó indignada: ¡Ellos no son de la Iglesia!, manifestando su enojo por lo que sucedía y la confianza que tenían por lo que venía haciendo la Fundación del padre Grassi.

Sorprendente la actitud de los chicos que rehusaron irse, sorprendente y admirable la actitud de un policía que se negó a continuar con el mandato "de arriba" de desalojar a los resistentes jóvenes.

CLAUDIO ROMANÍN - LA PLATA


Desalojo brutal

El 24 de mayo se leyó en todas las misas de las parroquias de Buenos Aires y también en un noticiero de la televisión, un comunicado firmado por el arzobispo mons. Jorge Bergoglio para informar a los católicos sobre lo actuado con respecto al padre Grassi.

El prelado dijo en su mensaje que habían recibido denuncias de tratos irregulares hacia los menores. Como consecuencia de eso, el arzobispo autorizó a que personas idóneas, inclusive psicólogos, hicieran una investigación al respecto. El "supuesto" resultado de la investigación fue que algunas acusaciones que figuraban en el expediente eran verdaderas, y que por lo tanto, debía disponerse la clausura del edificio que la Fundación ocupaba y el traslado de los menores ocupantes.

Lo único que se ha buscado con todo esto, con el sensacionalismo barato y la mentira, desde el principio, no es que brille la luz de la justicia, sino que el padre Grassi pueda perder el uso de valiosas propiedades que ocupa su Fundación y que éstas puedan ser disfrutadas por bolsillos inescrupulosas para los cuales el fin de su enriquecimiento ilícito justifica cualquier medio.

La actuación de la orden de desalojo de los menores estuvo en total armonía con la perversa mentalidad de quienes han tramado todo esto, y por los frutos se conoce el árbol.

En ese hogar podrán tener a veces cosas negativas, como en toda familia bien constituida o en instituciones de menores, pero era público y notorio que se les daba con amor una verdadera instrucción y educación, según las posibilidades de cada uno. Todas las personas que viven cerca del lugar y aún los colaboradores rezaban en la calle y manifestaban su repudio ante tanto atropello e injusticia.

La sentencia final legal no se ha manifestado todavía. Si se tratara de un indigente, nadie se hubiera ocupado de él. Y con respecto a la Justicia divina, ésta a veces tarda en llegar, porque Dios, respetando la libertad que le concedió al ser humano, permite que se persiga y se perjudique a un inocente, a él y a sus obras. Pero finalmente la verdad siempre triunfa y vamos a ver entonces qué dirán los que dispusieron un desalojo brutal a cualquier precio, causando mayores daños de ese modo, haciendo en gran parte que fuera peor el remedio que la enfermedad. No podemos quedarnos indiferentes porque este es un hecho que nos atañe a todos.

STELLA DE SCHIAVONI - BUENOS AIRES

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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