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25/4/2009

Fuente: La Nación

Según Grassi, "está latente la posibilidad de la injusticia"

El cura reiteró su inocencia y dijo ser objeto de "un alto prejuzgamiento"

El padre Grassi espera el final del juicio oral en la capilla situada frente a la fundación Felices los Niños
El padre Grassi espera el final del juicio oral en la capilla situada frente a la fundación Felices los Niños













Gustavo Carabajal
LA NACION

En su oficina, situada frente a la fundación Felices los Niños, en Hurlingham, el sacerdote Julio César Grassi espera ansioso el desenlace del juicio oral que se le sigue por abuso sexual agravado, corrupción de menores y amenazas. Mientras tanto, prepara un minucioso alegato de defensa, que comenzará pasado mañana.

Vestido con sus hábitos, rodeado de un ambiente austero, en una casona con manchas de humedad en los techos, con dos computadoras y detrás de un escritorio en el que se ven partes del expediente judicial que se le instruyó, Grassi espera el veredicto. No dudó en acusar al fiscal Alejandro Varela de querer presionar al tribunal al pedir una condena de 30 años, criticó a uno de los abogados que representan a las víctimas y dijo que hubo un motor maligno en las denuncias. Se refirió a los tres chicos que lo acusaron como denunciantes, y no como víctimas, y negó todas las imputaciones.

-¿Cómo vive la última parte del juicio?

-Con la tensión normal de la finalización de un proceso que lleva seis años y medio; con la tensión de escuchar los alegatos, que no son nada agradables. Fue doloroso escuchar algunas cosas que son mentiras, que hieren. Dentro de dos días, podré rebatir todas las falsedades que dijeron sobre mí.

Espero muy expectante y tranquilo el resultado del juicio, aunque soy consciente de que está latente la posibilidad de la injusticia. Pero estoy tranquilo porque vi a los jueces que actuaron muy bien.

-¿Esperaba que el fiscal Alejandro Varela pidiera que lo condenara a 30 años de cárcel?

-Creo que quiso meterles un poco de presión a los jueces.

-¿Cuál de los testimonios de las víctimas le preocupó más?

-No son víctimas. Son denunciantes. Para mí son víctimas los chicos de la fundación que, por estas falsas denuncias, sufrieron la pérdida de ayuda porque se cortaron algunos subsidios estatales. Se ha formado una acusación a partir de tres denuncias, que se ha demostrado que son mentira.

-Pero todavía no se comprobó que esas denuncias fueran falsas, porque no se expidió el tribunal y, antes de llegar al juicio oral, por lo menos, siete magistrados no las descartaron.

-Se pueden sumar los jueces que quiera porque intervienen en distintas etapas del proceso. Pero la cantidad de jueces no suma culpabilidad ni da inocencia a una persona. El verdadero proceso está en el juicio oral. Durante el debate, los jueces no se dejaron influenciar.

- ¿Por qué no quiso que le hicieran un peritaje psiquiátrico en la Asesoría Pericial de la Suprema Corte de justicia bonaerense?

-Me negué a que hicieran un peritaje de los videos y de las notas periodísticas, no a mí.

-¿Pero no fue que, en realidad, usted se negó porque existía la posibilidad de que el nuevo estudio coincidiera con el peritaje que le hicieron por la denuncia radicada en un juzgado de El Calafate, en el que se indicó que tenía el perfil de un supuesto abusador?

-Yo soy inocente. No obstante, me presenté en la oficina pericial de La Plata, con mis abogados y con los peritos de parte, para que explicaran que no se podía hacer un estudio a partir de un video que podía haber sido editado. La grabación de lo que dije en un programa de televisión no tiene el mismo valor que lo que uno dijo en una entrevista personal.

-¿Cree que mediáticamente ya lo condenaron?

-El hecho de que llegar al juicio oral provocó que tuviera un alto nivel de prejuzgamiento por parte de la gente y de los medios que creen que, al afrontar un juicio, uno ya está condenado. No se tiene en cuenta que existe el principio de inocencia. Es terrible que se piense que por el sólo hecho de llegar al juicio oral uno puede ser culpable cuando, en realidad, es al revés.

La denuncia que me hicieron es terrible. No lo voy a negar: a mí también me puede provocar repulsión pensar que alguien pueda abusar de menores.

Algunos medios presentaron el juicio oral como si yo estuviera condenado y me iba derecho a la cárcel. Yo no hablo de complot, sino que existió un espíritu maligno que movilizó las denuncias en mi contra.


Un máximo de 37 años de cárcel

● El fiscal Alejandro Varela pidió al tribunal que el padre Julio Grassi sea condenado a 30 años de cárcel y que se ordene su detención, mientras que el abogado querellante Juan Pablo Gallego solicitó una pena de 37 años de prisión. El mes próximo se conocerá el veredicto.

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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