Opiniones

10/4/2009

Fuente: AICA - Noticias

Para que la verdadera justicia se instale en la sociedad

La Plata (Buenos Aires), 7 Abr. 09 (AICA)

Monseñor Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata
Monseñor Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata
Al presidir la misa del Domingo de Ramos, en la parroquia San Francisco de Asís, el obispo auxiliar de La Plata, monseñor Antonio Marino, pidió a la feligresía llevar en la mente y el corazón la “gran lección” de Jesús, que “quiere que seamos ciudadanos de su Reino e instrumentos de su extensión en este mundo. Quiere que anunciemos este Reino cuya plenitud se encuentra en el futuro, pero cuyos inicios se dan en este mundo, a través de nuestra obediencia a Dios y nuestros actos de amor”.

El prelado insistió en destacar que en Semana Santa celebramos “entrar en la lógica de Dios, que es la lógica de Cristo” y convocó a aprender de la sabiduría de los ciudadanos del Reino, que dice que “el mal de este mundo no es derrotado simplemente por la fuerza física, sino por la fuerza superior de un amor mayor. Hay mucha fecundidad en la muerte del simple grano de trigo. Hay continuidad entre la pequeñez e insignificancia del grano de mostaza y el arbusto frondoso en cuyas ramas se refugian las aves”.

“Que estos ramos benditos que llevaremos a nuestras casas, sean una proclamación de nuestras convicciones. Ellos nos interrogan: ¿hemos o no comprendido las enseñanzas centrales de Jesús? Él quiere que las apliquemos y vivamos en el interior de nuestras familias, en nuestro lugar de trabajo, en la calle y todos los ámbitos donde se desarrolla nuestra actividad”.

Por último, monseñor Marino exclamó: “Si hemos aclamado a Cristo con los ramos de este domingo, debemos anhelar que se instale en nuestra sociedad la verdadera justicia y no la parcialidad; la concordia y no la irritación; la verdad completa y no las verdades parciales que se convierten en mentiras; la solidaridad que nos lleva a superar nuestros intereses mezquinos para abrirnos con desinterés a nuestros hermanos sumergidos en el dolor y la indigencia. La preocupación prioritaria por los que en el presente corren un real peligro de muerte, víctimas de la inseguridad, o de leyes que permiten la muerte del niño que se está gestando, y no sólo la vengativa y unilateral mirada hacia los muertos del pasado”.+

Texto completo de la homilía

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