Fuente: J U I C I O D I A 9 0
Sinopsis del nonagésimo día
El miércoles 18 de marzo de 2009 declaró en los Tribunales de Morón el psiquiatra Fernando Oscar Cabello, perito de parte del Padre Julio César Grassi en el examen realizado en Río Gallegos en 2005.
“Cabello largo, inteligencia honda”
El médico forense dio una larga lección de seis horas sobre psiquiatría evolutiva y de los elementos que no deben faltar para que una pericia sea mínimamente creíble.
Ante todo dejó en claro que, habiendo examinado pormenorizadamente al Padre Grassi, puede concluir que vivió todas las etapas madurativas de su infancia, adolescencia y juventud de manera normal, sin traumas, con una familia contenedora y llegando a estructurar su “yo” de manera adecuada. Si hallaron rasgos de narcisismo, el mismo no es patológico sino un narcisismo propio de los líderes que puede ser denominado “creativo”. Esta característica hace que el sacerdote sea un “hacedor” y a la vez que tenga capacidad de dirigir a otras personas. Ve al Padre Grassi como un sacerdote apasionado con su vocación, que celebra la Misa con la misma emoción y pasión del primer día. Lo ve comprometido y feliz con su elección de vida. Su carácter fuerte y su irritabilidad en determinados momentos están relacionados con la defensa y ordenamiento de los objetivos de Promoción y Protección de los niños que llevan adelante en la Fundación.
Refirió Cabello taxativamente que no existe el perfil de delincuente sexual y que la malintencionada mención en la pericia de una comparación al sacerdote con “un preso” en España es incluída a propósito para hacer escándalo público pero carece de rigor científico. Esto, a dos páginas, es relativizado por los mismos peritos que lo escribieron, pero lo dejaron escrito igual. Poco tiempo después varios diarios condenaban al sacerdote catapultándolo con los dos renglones irresponsablemente escritos por Mendicoa, Bonotto y Mendoza.
Orden y Progreso
También Cabello describió al Padre Grassi con personalidad obsesiva que lo lleva a ser ordenado, perfeccionista (como fue educado en el Seminario) y meticuloso. Su rasgo compulsivo lo lleva a permitirse pasar de las ideas a la acción. Al Dr. Fernando Cabello el aspecto de personalidad dependiente descripto por los peritos de Río Gallegos le pareció totalmente errado ya que los dependientes son personas que delegan, son pasivos y esperan que le digan qué tienen que hacer:
– “¿Alguien puede imaginar que ése es el Padre Grassi?” remarcó el psiquiatra.
El Padre Julio César Grassi no tiene ningún tipo de desvío sexual. Ante las preguntas insistentes de las partes reafirmó una y otra vez que no posee ninguna patología.
Un aspecto que según el Dr. Cabello no se tuvo en cuenta en la pericia es el celibato voluntario abrazado por el Padre Grassi. No se tuvieron en cuenta las características particulares del sacerdote lo que hace que no pueda ser comparado superficialmente con personas laicas, con otro proyecto de vida.
La Pyme Causa Grassi
En virtud de lo acontecido al padre Julio César Grassi se ha fundado una virtual nueva Pyme que da trabajo a unos cuantos personajes que aprovechan la ocasión para meter la cuchara o el cucharón. Se han visto abogados, algún político, un programa de Investigación y su suculenta recaudación celebrada con Champagne Don Primerón y mucho más. Después que el Dr. Juan Pablo Gallego escribiera un libro en el que se aprovechara del Proceso al Padre Grassi para llenar los capítulos de sus imaginarias conclusiones, ahora tenemos la noticia tardía, aportada por el mismísimo Gallego en el Juicio, que el perito de Santa Cruz, Gastón Lucas Mendicoa, también escribió su libro. Como nada es casual vemos que el trabajo hecho por el Perito que falseara la pericia sureña para “escrachar” al sacerdote, fue usado para que ese mismo año (2005) sacara a la venta su primer libro dedicado a hablar de “los componentes cognitivos de la personalidad de los abusadores de niños”. La venta fue escasa pero la actitud fue reprobable y carente de ética, como lo fue su pericia y las conclusiones hechas a espaldas del Perito de parte, Fernando Cabello. Ahora todo cierra mucho más.
