Opiniones

25/11/2008

Fuente: La Página de los Cuentos

Sobre el caso Julio César Grassi


HECHOS

El padre Julio Cesar Grassi está acusado del abuso sexual de tres jóvenes que habían sido albergados en su fundación benéfica. Su amigo, el conductor Raúl Portal, lo defiende incondicionalmente y, cuando fue invitado al programa "Mañaneras", se mantuvo en su postura.

Karina Mazzocco, una de las conductoras, le dijo en un tono que iba de la preocupación al enfado, que debido a la existencia de niños abusados no había que tener ningún recaudo respecto a los violadores.

Poco después apareció el periodista Facundo Pastor, quien preguntó a Portal si le interesaba más la presunción de inocencia que el bienestar de los niños.

A todo esto, el entrevistado seguía en su postura inicial, por la cual viene siendo objeto de muchas críticas en todos los medios masivos de comunicación. Estas críticas se incrementaron cuando se dio a conocer una pericia psicólogica que afirmaba que Grassi tiene el perfil de un violador, además de una gran afición por el fraude y la mentira.


ANALISIS

Para empezar no hay, hasta ahora, ninguna prueba fehaciente de los delitos que se le imputan al padre Grassi. Cuando hay presuntas violaciones siempre se realiza un análisis forense de lesiones y depósito de fluidos en los genitales, y ningún medio ha dejado constancia de que así haya sido. Los únicos indicios que incriminan a Grassi son las acusaciones y la pericia psicólogica.

Hablaré primero sobre las acusaciones. La gente parece tener la idea de que toda acusación es cierta, como si de manera ingenua ignorara que haya personas capaces de acusar falsamente a otras. Y el hecho de que sea una acusación, o diecisiete o mil, no las hace verdaderas. Cuando el sábado pasado el periodista Jorge Lanata fue como invitado a Televisión Registrada afirmó tajantemente que Grassi era, por lógica, culpable, ya que nadie se atrevería a hacer una denuncia por violación sabiendo por todos los trámites engorrosos que está obligado a sortear. Hay también muchos que en casos así argumentan que el hecho de que las presuntas víctimas sean niños le da confiabilidad a sus testimonios. Esto no es así. En la mayoría de los juicios, sobre todo en los penales, los niños están considerados "testigos sospechosos", es decir, propensos a prestar declaraciones poco confiables. Jurídicamente no podemos tener en cuenta la creencia popular de que "los niños y los borrachos no mienten". Debemos en cambio tener en cuenta que los niños son altamente sugestionables, y que la palabra de un adulto diciéndole, por ejemplo, que si declara contra el padre Grassi tendrá un mejor nivel de vida, puede influir sobremanera en su conducta.

Respecto a las pericias psicológicas, cabe aclarar que no sirven como evidencia procesal sino sólo para aportar indicios a los investigadores. El hecho de que una pericia psicológica diga que una persona tiene el perfil de un violador, o de un asesino, o de un estafador, no significa que realmente lo sea, teniendo estos análisis un valor relativo.

Quiero tambien quebrar la lanza que abertaron contra Raúl Portal. No podemos pedir objetividad al amigo del acusado. Los árabes tienen un proverbio que afirma "si mi amigo es tuerto lo miro de perfil", y Portal está haciendo justamente eso: mirando el perfil que conoce de Grassi a través de la amistad que los une. Y aunque en un futuro se encontraran evidencias serias de su culpabilidad, no significa esto que su amigo tenía conocimiento de ella. La sociedad parece creer que los amigos de los delincuentes son siempre cómplices de sus delitos, cuando en realidad la faceta delicitiva es tantas veces ocultada incluso a los seres más cercanos.

Yo no sé nada sobre Julio César Grassi: no sé cómo es, ni cómo trabaja, ni cómo se relaciona con los niños, y por eso no afirmo que sea inocente, pero tampoco creo que haya que afirmar que sea culpable basándose en los paupérrimos indicios que de momento se tienen. En un proceso judicial, sea civil, administrativo o penal, la evidencia lo es todo: es la que nos dice con qué ojos debemos ver las cosas, y, por lo tanto, es la que nos dirá si esos niños están realmente abusados, y, en caso de que lo estén, si fue el padre Grassi el culpable de su desgracia. La arenga de Mazzocco a no tener recaudo con un violador por respeto a sus víctimas muestra una total falta de consciencia juridica, ya que está por verse si existen realmente niños abusados, y en caso de que así sea, si esos delitos son imputables a Grassi. Tampoco es cierta la falsa oposición sugerida por Facundo Pastor entre el principio de inocencia y el amparo a los niños, debido a que este último sería una consecuencia de la caída de aquel.

En fin, si creen que Julio César Grassi es culpable, demuéstrenlo con calidad.

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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