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6/11/2002

Fuente: Radio 10 AM 710 - Edición Chiche - 17:06 hs

En su lugar de detención Chiche Gelblung entrevista al Padre Grassi


ID:182033

Medio: Radio 10 AM 710

Programa: Edicion Chiche

Fecha: 06/11/2002

Hora: 17:06:45 - 17:30:46 Duración 0:24:01


Título: TRANSC: Entrevista a Julio César Grassi, sacerdote, titular de la fundación Felices los Niños



CHICHE GELBLUNG (Conductor): Su detención conmocionó al país y hoy todavía sigue la polémica en torno al caso Grassi. Estamos hablando del padre Julio Grassi, el director espiritual de la fundación Felices los Niños. En realidad fue el hombre que lo empezó, lo condujo y ahora está detenido en virtud de unas acusaciones que ya son de dominio público. Padre Grassi, buenas tardes, ¿cómo le va?

JULIO CÉSAR GRASSI (Sacerdote, titular de la fundación Felices los Niños): Buenas tardes, Chiche.

CG: ¿Cómo está llevando estos días?

JCG: Y, en la cruz.

CG: En la cruz.

JCG: Porque digamos que ánimo tengo, fuerza tengo, pero me siento en la cruz, y son momentos en que se requiere mucha paciencia, mucha espera, también soledad. Hay que habituarse a vivir con un ritmo totalmente distinto al que uno vivía, en medio de una gran injusticia. Pero bueno, con la paz que uno tiene de vivir en Dios se supera mucho más. Pero no con una evasión desde la fe, sino con afrontar esta realidad tratando de superarla, que es lo fundamental.

CG: Ahora, usted dice "acostumbrarse al ritmo". El ritmo yo supongo que el día no se termina más cuando uno está preso, ¿no?

JCG: Depende. Yo en este momento tengo un ritmo bastante fuerte en lo que es la defensa. Quizá en otras etapas de detención esto sea muy distinto, pero cuando uno está ávidamente deseando salir, deseando superar esta situación, y no con la bronca, que la bronca muchas veces y el odio provocan energías muy feas en la gente, y yo estoy tratando de buscar absolutamente lo positivo, que es defenderme desde lo que es justo, desde lo que corresponde, y evitando todo rencor. Y eso me hace mantenerme bien.

CG: Ahora, Padre, ¿usted qué cree, dónde se origina esta historia, digamos? Si esta historia, como usted dice, es una mentira, es totalmente falaz, alguien tiene que haber diseñado o pergeñado esta historia. ¿Usted cree que es una conspiración de envidias, usted cree realmente, como salió a decir el Episcopado, que hay una campaña contra la Iglesia pegando justo en las zonas éstas de la perversión sexual, o usted cree que esto es un episodio absolutamente localizado, periodístico, donde en base a que alguna vez fue una denuncia anónima y que seguramente nadie le dio demasiada importancia se fue armando y tejiendo una historia que hoy lo tiene a usted entre rejas?

JCG: Bueno, ante todo nosotros a principios de año, cuando nos reunimos con los miembros de todos los lugares, frente a una mala actitud que muchas veces los hombres tenemos, yo le dije a los directivos: "les voy a dar un nuevo mandamiento, no suponer". Y el tema de las suposiciones muchas veces hace que uno al suponer ya crea que la suposición se convierta en una verdad, y sobre ella se basan las siguientes verdades. Yo al no saber el origen puedo suponer, pero si uno lo llega a decir puede sentar una verdad que no es y después terminar acusando a gente que en esta historia tal vez no tenga nada que ver. Inclusive gente que puede llegar a ser enemiga o gente que puede llegar a ser adversaria, pero que en esta historia no tiene nada que ver. Es por eso que quiero evitar ese dedo acusador en un momento en el que fácilmente uno puede buscar a hacerlo. Lo que sí sé es que hay un grupo de gente que en lo básico quedó resentida con la Fundación al ser despedida o al alejarse de una manera no deseada para ellos, y que favoreció un poco una cantidad de rumores y anónimos que corrían por los medios de comunicación, por los estrados judiciales, que se investigaron. Fíjese, Chiche, que se tomaron testimonio a todos los chicos de la Fundación, y los testimonios estaban el juzgado de la doctora Landolfi ya por entregarse al doctor Meade para cerrar esa causa de anónimos que no tenía absolutamente ningún testimonio negativo. Y mi detención se produce por un testimonio que aparece en el primer programa de Telenoche Investiga, el de Gabriel, que es totalmente falso. Es un testimonio totalmente mentiroso, y además con muy poca base de hecho real, porque lo ubican en un largo tiempo, de manera muy inespecífica. Bueno, a partir de ese testimonio se produce la detención. Eso es todo lo que yo puedo saber. Si hay gente que al tomar este hecho lo ha hecho con demasiada rapidez, o lo ha evaluado mal, o alguien vendió este hecho como algo cierto y la persona que lo adquirió... "Vender" no hablo desde la venta económica, sino de convencer: "mirá, tengo este material". No lo sé, ya entra en el campo de las suposiciones, porque todo eso no me consta.

CG: Ahora, yo supongo que Gabriel ya esta identificado y usted por lo menos debe suponer. Que lo recuerde o no lo recuerde a Gabriel, porque digamos, no creo que a todos los chicos que pasan por el hogar usted los vaya registrando. ¿Usted sabe quién es Gabriel, finalmente?

JCG: No, todavía no.

CG: Todavía no.

JCG: El día que lo tenga localizado voy a poder defenderme como corresponde, porque realmente todavía no sé quién es Gabriel.

CG: Ahora, apareció después el testimonio, en la segunda emisión, aparece el testimonio de Ángel, que creo que... Bueno, Ángel es el nombre real, no sé con qué nombre lo pusieron, no recuerdo bien con qué nombre aparece. Y nosotros tenemos registrado, en este caso en televisión, tenemos registrado el mismo día que a usted... bah, la noche previa a su detención, el chico este estuvo en el canal y yo estuve con el. Y el me contó que le habían hecho una cámara oculta, que se dio cuenta que le estaban haciendo una cámara oculta.

JCG: Se dio cuenta, pero...

CG: Andrés, Andrés...

JCG: El más o menos al final de la conversación tengo entendido que se dio cuenta.

CG: El se dio cuenta que estaba...

JCG: Porque era una cámara común con una campera encima.

CG: Había dos cámaras, en realidad: una era una cámara común con una campera, y la otra era una cámara que creo que estaba en la cartera de...

JCG: Un micrófono en la cartera.

CG: O el micrófono en la cartera.

JCG: Era un inalámbrico que tenían en la cartera acompañado con una cámara, porque de acuerdo a lo que tengo entendido en este operativo colaboró un periódico de Morón llamado El Diario, que dirige el señor Javier Romero, que él colaboró para esta investigación, y tal vez en este caso no contaron con la tecnología como para poder hacer una cámara de esas chiquititas.

CG: En este testimonio aparece como Andrés, el chico este aparece como Andrés. El también tiene un testimonio curioso, un testimonio que sacado de mentira a verdad aparece como acusatorio, y después el chico este dice, bueno... A mí me dijo todo lo contrario.

JCG: Hay dos niveles. Me parece que los chicos tienen que decir las cosas y los grandes tenemos que evitar empujarlos a que saquen interpretaciones. Lo que él dice es que él entra y hay un chico que estaba sentado al costado del lugar donde yo dormía. Esa es una gran habitación, llena de camas, y éramos un grupo que estábamos conversando. Ese es el pequeño detalle que no se dice. Y bueno, ese hecho, mal interpretado, después hace sacar conclusiones. Ahora, el hecho era un hecho de una conversación que normalmente en los campamentos o en las misiones era común vivirlo. No eran dos personas que estaban encerradas en un dormitorio, sino que eran un grupo de jóvenes, algunos de los cuales se terminaban durmiendo y otros seguíamos charlando. Nosotros tenemos los testigos de que eso es así, por eso digamos que yo a ese hecho no le di suma trascendencia, es muy explicable, fácilmente explicable. Lo que pasa es que nosotros tenemos que saber lo que los jóvenes dicen de nosotros a nuestras espaldas, lo que las jóvenes dicen de nosotros a nuestras espaldas, lo que muchas veces nuestros empleados dicen de nosotros a nuestras espaldas, y si se filman puede llegar a comprometernos a más de uno como que es cierto. Y en este caso, bueno, se filmó. Puede llegar a ser un chisme de él, o una mala interpretación, o lo que sea, pero el hecho que él narra como tal es un hecho simple: ve un chico levantarse del costado de la cama e irse a su cama, pero todo lo demás es una reinterpretación del hecho.

CG: Ahora bien, analizada a la distancia, como usted bien dice, cualquier cosa que uno la ofrezca segmentada o la parcialice puede significar, sin lugar a duda, o puede darse a cualquier interpretación. La gente es muy susceptible ahora, y está muy susceptible en este tipo de delitos. Yo lo que le digo es, hoy, a la luz de estos episodios que usted ha vivido, ¿modificaría algunas actitudes suyas? Porque ese paternalismo que lo más probable sea del afecto común que uno puede sentir por un chico y este tipo de relación que se genera a partir de que son chicos desafectados, estamos hablando de chicos que les falta afecto y todo eso. ¿Hoy revisaría ese tipo de actitudes o...?

JCG: No puedo actuar como una piedra, Chiche, porque me parece que no nos tiene que hacer achicar a ninguno de los educadores el saber mostrar el afecto. Creo que esto puede llegar a provocar que nos volvamos fríos en la relación con los chicos. A mí me sorprendió hace poco, estuve en Houston en un festival que se hizo a beneficio de la Fundación, y en Estados Unidos los chicos de primer grado y las chicas de primer grado saludan dando la mano al docente.

CG: Claro, porque no pueden darle besos.

JCG: No. Pero uno, que está acostumbrado acá a que los chicos chiquititos te abrazan, es una manera muy latina nuestra. Yo no me imagino dándole la mano a un chico o a una nena chiquita. Lo que me parece, sí, es que tenemos que ser prudentes, pero cuando nos la quieran hacer nos la van a hacer. O sea, de repente pueden decir lo que sucedió en el confesionario, pueden decir algo que sucedió en la sacristía, pueden decir lo que sucedió en cualquier lugar. Por el que pueden decirlo yo creo que en este momento hay como un flanco abierto donde cualquier chico, dentro de seis años, ya más grande, puede llegar a decir de un sacerdote, de un educador o de quien sea y comprometerlo seriamente. Entonces me parece que lo importante es que hay que ser prudente, pero no dejar de ser afectivos. Me parece que los pibes más que nunca necesitan que no solamente se los quiera, sino que se les demuestre que se los quiera. Así que, lo que sí, saco una experiencia grande para mirar muy bien de ser prudente, no de ser distante, de seguir siendo cercano pero no mezclarme como si fuera un chico más, que de hecho nunca lo hago. Yo no soy una persona muy sanguínea, que esté muy pegote todo el día encima de los chicos. Yo más bien trabajo, trabajo y trabajo y no disfruto de muchos encuentros con ellos. Pero bueno, sí me hace pensar, y también, si yo tuviera que aconsejarle a alguien es que sean sumamente prudentes, que hay una hipersensibilidad con el tema, pero que tampoco por eso dejen de ser afectivos, porque se calumnia tanto a un sacerdote, a un educador, o también a un padre de familia, porque esto se usa también contra los papás.

CG: No, eso desde luego. Se puede utilizar contra cualquiera. Ahora, evidentemente, Padre, esta prevención podría ser válida para cualquiera, pero redobladamente válida para una persona que había generado en torno suyo algún tipo de polémica. El propio monseñor Laguna dice: "bueno, yo no tenía una buena relación, tuve algunos conflictos".

JCG: Bueno, pero eso es a otro nivel.

CG: No, no, lo que digo es que usted tiene que evaluar (digo, a lo mejor lo debe haber evaluado) si a lo largo de su acción, en esta acción absolutamente indiscutible y de una enorme trascendencia social, si en esta acción a lo mejor no generó enemigos.

JCG: Yo creo que el punto está ahí.

CG: No sé si me entiende. Porque digo, bueno, el afecto, nadie va a poner en duda el efecto de un padre con un hijo. Al interpretar eso estaríamos entrando en el terreno del delirio. Pero digo, usted hace una obra de enorme trascendencia social, que obviamente produce envidia por un lado, rispideces, celos, qué sé yo. A lo mejor usted tendría que haber estado más alerta o le falló el asesoramiento.

JCG: No, a mí me parece que hay algo que dentro de uno siempre tiene que evaluar, que es lo que generan los conflictos que están alrededor, porque es muy fácil decir que los enemigos son enemigos por culpa de ellos. Uno siempre genera algo negativo. Yo lo estoy evaluando más que nunca a eso, de qué manera con mis actitudes y también con la soledad de tener que tomar decisiones disciplinarias con el personal, no he generado actitudes de enemistad o a veces hasta de odio de personas que se fueron.

CG: Y sí, es obvio. Un ex empleado es una fuente potencial de acciones de denuncia, porque ha vivido de cerca cosas que, depende como las segmente, las puede utilizar en su contra.

JCG: Y además me parece que una persona que se va se tiene que ir bien, sabiendo que tal vez ha sido una etapa y que de repente que no se la odia ni se la tiene mal en cuenta. Estos días se han acercado varios ex empleados que se han ido y hasta que han sido despedidos y han vuelto con muy buena actitud. Tal vez porque esas personas, a pesar del conflicto y de lo negativo que fue el despido, guardan adentro muchas buenas emociones. Yo creo que en el campo de las emociones si alguna persona se fue con alguna moción negativa hacia mí, y bueno, sí, evidentemente la devuelve, y la devuelve multiplicada. Eso por un lado. Por el otro, también está el peso de haber crecido tanto. Este año nosotros inauguramos 16 obras nuevas. En el peor año del país crecimos más que nunca, hicimos más cosas que nunca, me moví más que nunca, y de repente sé que alrededor eso genera comentarios, envidias, de dónde saca la plata, por qué. Yo en general a ese tipo de cosas no les di mucha bolilla, siempre seguí adelante. Inclusive con ciertas zancadillas que me han hecho en alguna ocasión seguí adelante, me levantaba y seguía. Evidentemente nunca pensé que esta jaula me iba a caer encima, es algo que no estaba para nada en el horizonte de mis dificultades.

CG: Ahora, Padre, en función de todos estos episodios que ahora usted debe estar revisando, más allá de que uno no puede no dejar de despedir a alguien que se comporte mal, o a lo mejor que cumplió una etapa, porque sino uno tendría que vivir como pisando huevos todo el tiempo y no es lo lógico; uno camina por la vida pensando que hace lo mejor y que si tiene buena leche no tiene por qué andar pensando que está generando enemigos, aunque los genere. Digo, a la luz de todos estos acontecimientos que le ha tocado vivir, ¿qué cosa revisaría hoy? Porque todavía no me lo ha dicho. Digo, ¿revisaría qué? La parte afectiva usted ya dijo que no, no dejaría de ser una persona afectuosa, porque sería como antinatural. ¿Mejoraría sus relaciones con la Iglesia, por ejemplo?

JCG: Mejoraría las relaciones con mis pares para que todos se sientan comprometidos y no tironeados a hacer la tarea. Una cosa es tironear a la gente para que hagan las cosas, y otra cosa es hacerlo junto a ellos. Hay un viejo dicho que me decía un sacerdote que me dirigía espiritualmente: no hay que querer que hagan, sino hacer que quieran. Y hacer que quieran es lograr que la gente tenga la voluntad y el compromiso, es todo un trabajo de reuniones, de alentar, de formar, que me parece que es importante. Además, tratar de decir las cosas con más suavidad, y delegar una cuantas cosas que uno no las puede hacer, porque tienen que estar en manos de otras personas. Aprender a delegar en este caso significaría que ciertos roles que uno a veces mantiene con mucho orgullo y con mucha fuerza tal vez debiera delegarnos a otros para quedarse en roles más importantes como fundador. Y después, bueno, todo lo que pueda revisar de mí va a estar en la línea de la prudencia, va a estar en la línea de entender que estamos viviendo en este mundo y que las dificultades pueden ser siempre más grandes de lo que uno inocentemente puede creer.

CG: ¿Por qué eligieron el tema sexo, Padre?

JCG: Porque es el tema con que más se puede manchar a un sacerdote que trabaja en esta tarea. Por un lado es un tema que a nivel social provoca una mancha que es realmente irreparable en una persona, y por el otro lado, relacionado a mi tarea, es la mancha que nosotros no nos podemos permitir. Así que generalmente a los sacerdotes siempre los van a acusar de problemas sexuales y problemas económicos. En mí han elegido ante todo este problema, más relacionado con el mundo de los adolescentes, que es un tema muy sensible y muy grave. Lo han elegido de manera muy injusta, y hasta digo que de una manera muy torpe, pero bueno, me ha tocado cargar esta cruz, la voy a llevar y estoy seguro que esta historia va a terminar bien.

CG: Ahora, Padre, yo he hablado con algunos chicos de la Fundación, algunos de los que han declarado ayer y que habían sido involucrados todavía en la historia del anónimo, y les pregunté el tema sexo, si lo hablaban con usted, si usted tenía diálogo con ellos sobre eso, y medio como que se pusieron nerviosos, obviamente, porque no deben saber si los perjudica o no. Entonces yo lo que quiero saber es, tratándose de adolescentes que están en plena etapa volcánica en cuanto al descubrimiento de sensaciones, ¿cómo lo manejaba usted al tema ese? ¿Hablaban, usted les hablaba, los orientaba...?

JCG: Bueno, este es un tema que no pasa absolutamente por mí. Hay que pensar que la Fundación es todo un conjunto de estructuras escolares, a nivel inicial, EGB que es la Primaria, Polimodal, Terciario, escuela especial. Hay hogares de chicos que van a escuelas nocturnas o escuela de adultos, o sea que hay muchos, muchísimos niveles, e inclusive está el nivel de los chicos que recién recién llegan de la calle, que viven la sexualidad de una manera muy anárquica y cuasi primaria. Bueno, a cada uno se le habla con la sexualidad integrada a toda la vida. Yo creo que lo peor es hablar de la sexualidad como desintegrada de la vida común. La sexualidad dentro de lo que significa el noviazgo, las relaciones entre ellos, con la sociedad, en fin, todo eso se habla como de padres a hijos. Si con algún chico yo no hablé del tema es porque tal vez no me lo sacó...

CG: Pero, digamos, no es que el tema se negaba.

JCG: No, no, al contrario.

CG: El tema se hablaba y se enfrentaba.

JCG: Alguien que puede testimoniar esto es el doctor Socolinsky, que ha venido a dar charlas a la Fundación.

CG: Sobre educación sexual.

JCG: Exacto.

CG: O sea que no era un tema tapado, ni tabú, ni nada por el estilo.

JCG: No, pero se tiene que tratar en un marco, que es el marco de la afectividad, del crecimiento. No se puede decir "hoy vamos a dar una clase de educación sexual". La educación sexual está integrada a toda la educación, porque todos los seres humanos somos sexuados y se manifiesta de distintas formas. Pero me parece que en algún momento también hay que parar y hablar claro, como un padre a un hijo, como mi padre algún día me habló, y para los chicos que no tienen padre nosotros somos su familia y tenemos que reemplazar de alguna manera ese rol, coayudados por los médicos, por las psicólogas, por toda la gente que trabaja, para dar respuestas realmente buenas, aun en el tema de planificación familiar, etcétera, etcétera. Yo creo que se habla, se podría hablar mejor, se podría hablar más, pero para nada es un tema tabú que se trate de una manera anticuada o considerando cuasi adultos.

CG: Padre, hoy tenían que hacerle a usted una pericia psiquiátrica.

JCG: Sí.

CG: Que fracasó, porque no autorizó el fiscal a que se filmara o se grabara.

JCG: Sí.

CG: ¿Para qué querían grabar y filmar usted esta pericia psiquiátrica?

JCG: Bueno, de acuerdo a lo que el Doctor Mariano Castex, que es un psiquiatra muy importante, renombrado, que es el que se eligió como perito de parte, dijo que este tipo de pericias son de mucha importancia y que si se impugnan los resultados hay que recurrir a la derogación, que una segunda pericia es distinta. Ellos asociaban en el diálogo con el fiscal a una autopsia, que también es una pericia.

CG: Sí, sí.

JCG: No es lo mismo la primera que la segunda y no se pueden repetir, por eso muchas veces se la filma, para poder ver si las evaluaciones fueron las correctas. Es por eso que había pedido que, respondiendo a recomendaciones internacionales con respecto a las pericia psiquiátricas, que es bueno filmarlas, y bueno, hubo una negativa por parte de la fiscalía, para lo que existía el derecho a entonces reusarse a hacerla.

CG: ¿Y se postergó para otro momento?

JCG: Se postergó y se solicitó poder, en otro momento, hacerla con un registro audiovisual.

CG: La prueba psiquiátrica es para ver si usted tiene una personalidad abusadora, supongo.

JCG: Supongo que será para eso, para ver si tengo la capacidad para ser imputado, etcétera, etcétera.

CG: Una última, padre Grassi, y tiene que ver con el top que tenemos encima. 30 segundos para que usted se despida de la gente.

JCG: Bueno, decirle a la gente que estoy viviendo una gran injusticia, pero que la estoy llevando con mucha entereza, y que estoy viviendo una cruz. Y bueno, que sigo siendo sacerdote aún con esta prueba, pero que lo mismo que dije la otra vez: la mejor manera de conocerme, la mejor pericia la tendrían que hacer dentro de las obras, porque ahí está lo que en algún momento dibujé, construí, y ahí está mi personalidad, mis ilusiones y mi vocación. Y si me permite, Chiche, antes de las noticias quiero darle la bendición a la gente desde mi cruz: los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

CG: Padre, le mando un abrazo. Gracias.

JCG: Un abrazo a todos.

CG: Desde su detención, desde su lugar de detención, el padre Julio Grassi.

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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