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12/11/2002

Fuente: Ambitoweb

El complot contra el padre Grassi


Pidió su excusación -a diferencia del fiscal Adrián Flores, que directamente fue separado por la Justicia- y pasó la causa a magistrados más serios e imparciales: la jueza de garantías Nº 1 de Morón, Dra. Mónica López Osornio, y la fiscal María Rita Bustamante. Con argumentos sólidos sobre su parcialidad, le habían pedido la excusación del juez cuestionado Alfredo Humberto Meade, el abogado del sacerdote, el penalista Jorge Sandro y el abogado de los menores involucrados sin pruebas por Meade, el Dr. Miguel Pierri. Meade, al excusarse, rechazó los argumentos de los abogados e insólitamente dice que lo hace porque se "mediatizó el caso", cuando precisamente surge por la difusión mediática de testimonios falsos contra Grassi. En realidad, Meade ya estaba prácticamente fuera de la causa por haber prejuzgado. Es el que inventó y declaró por TV el "lecho nupcial" del modesto aposento del fundador de Felices Los Niños, el que mintió y fue denunciado por 30 letrados bonaerenses sobre la existencia de una pericia a los acusantes que era falsa y el que autorizó al fiscal Adrián Flores los procedimientos de allanamiento y detención del sacerdote cuando sabía que dicho fiscal tenía alevosía contra el padre Grassi al extremo de mutilar declaraciones de testigos en la parte que hablaban bien de él (hecho comprobado por los dichos de las asistentes judiciales, que declararon que el fiscal las obligaba a esas mutilaciones que consultaba con una mujer que se supone es Mirian Lewin, productora de "Telenoche investiga"). El fiscal y la mujer están filmados en un video que posee el abogado Luis Moreno Ocampo. Tanto Meade como Flores quedan expuestos al juicio político por gravísimas fallas judiciales. Del trío actuante en el arranque del complot contra el sacerdote, sólo permanece, aunque relegado, el jefe del desplazado Flores, el Dr. Federico Nieva Woodgate, que en la revista "Veintitrés" defendió a Flores, asumió ser cómplice de sus actuaciones pero antes de que se conociera todo lo que dicho fiscal había adulterado y se descarta que Woodgate conocía. Como si fuera una película italiana, un juzgado federal de instrucción de la Capital Federal le pidió ayer a la nueva jueza de Garantías, Dra. López Osornio, la detención de otro Grassi, hermano, Juan José, por una causa ajena a la de la Fundación. Parece que por una presunta acusación de estafa en 2000. ¿Era oportuno -si fuera justo- disponer esto ahora, que suena a venganza de la Justicia al caerse el caso Grassi y quedar amenazados de juicio político varios integrantes de la Justicia Penal en Morón? Poco serio lo que ocurre en ese partido.

El padre Grassi hoy en su celda en Merlo. Para no liberarlo frente a la endeblez y tergiversación de las pruebas, el juez Meade se excusó de la causa. La nueva fiscal pidió 15 días para pronunciarse sobre la injusta detención, según coinciden hasta en el propio cuerpo judicial.
El padre Grassi hoy en su celda en Merlo. Para no liberarlo frente a la endeblez y tergiversación de las pruebas, el juez Meade se excusó de la causa. La nueva fiscal pidió 15 días para pronunciarse sobre la injusta detención, según coinciden hasta en el propio cuerpo judicial.
EL PRINCIPAL ACUSADOR

Se está estableciendo que todo el ataque contra el padre Grassi comienza en «El diario» de Morón, una publicación que nació hace más de una década fundada por su actual director Javier Romero. Es desconocido prácticamente a nivel de los grandes medios de prensa del país, sobre todo porque es sólo un semanario. En 1992 estuvo a punto de quebrar pero zafó de su estrechez económica al pasar a quincenario pero mejoró ostensiblemente cuando el Frepaso ganó la intendencia de Morón e inclusive pasó a editarse en color y de nuevo semanario. Como diario oficialista goza de la publicidad oficial de la intendencia.

Es un diario de izquierda, que colabora con programas de Jorge Lanata, de la revista «Veintitrés». Dicen que el director Romero sería amigo de Horacio Verbitsky. Pero quienes indagan a fondo esta campaña contra Grassi todavía creen que no es la izquierda grande, la nacional o de Buenos Aires por lo menos, la que la lanzó.

Se estima más obra de los productores de televisión como Mirian Lewin, acusada de terrorista en los '70 y presa en la ESMA pero no aceptada por la izquierda.

Por tanto el enfrentamiento con Grassi es de la «izquierda moronense». Tanto es así que desde que comenzó el ataque en «Telenoche investiga» contra el sacerdote «El diario» de Morón lanza ediciones al compás de los acontecimientos que rodean al caso.

Este medio local se ensañó con Grassi en el año 2001 cuando llegaron anónimos a la Justicia sobre manejos ilícitos de fondos en la Fundación. Todos los anónimos a la totalidad de los jueces fueron enviados desde la misma estafeta postal a 3 cuadras de la sede de la Fundación colindante con un minijardín zoológico en tierras fiscales. «El diario» de Morón defendió esos terrenos que no le eran renovados en su alquiler a los arrendatarios y atribuían a propósitos de expansión de la Fundación en el predio vecino.

El semanario de Morón -que compite contra otro más serio «La Opinión», pero éste es discriminado en la publicidad oficial del municipio por no ser de izquierda- presenta otra curiosidad: tiempo atrás defendió apasionadamente en sus páginas a uno de sus periodistas Daniel R. acusado de abuso sexual precisamente contra menores, y por lo cual pasó varios meses en la cárcel. Precisamente las viejas acusaciones contra el sacerdote Grassi por presunto mal manejo financiero se pasaron en esta etapa a acusaciones de tipo abuso sexual. Tal es la inquina de este semanario contra el padre Julio Grassi que un día lo atacó con la versión de una paternidad no admitida. Fracasó en eso y lo financiero, y hoy logró repercusión vía la repudiable actitud de «Canal 13» del monopolio «Clarín», aunque se cae a pedazos por lo evidente de la maniobra.

Algo que está sospechado es si en dependencias del diario de este señor Romero, en la calle San Martín de ese partido, fueron grabados los testimonios que presentó «Telenoche investiga». Inclusive se cree identificar a Romero como el que realiza el reportaje a «Betty» Amalia Castro, la panadera de la Fundación, que es exactamente la misma cuya declaración alteró ignominiosamente el fiscal ya separado de la causa Adrián Flores.

Si se confirma, con la nueva fiscal y jueza actuante, que Romero interrogaba para TV y la productora Mirian Lewin (si fuera la mujer del video en poder de Moreno Ocampo) corregía y adulteraba declaraciones en oficina contigua a la par del único actuante con autoridad, el decapitado fiscal Adrián Flores no sólo quedaría probada toda la patraña sino que habría iniciación de varios casos penales y juicios políticos.

Si se hace un reconocimiento, las dos auxiliares del fiscal Flores que lo denunciaron porque les repugnó que se cometiera esa alteración jurídica, podrían reconocer fácilmente a la mujer que hacia de «juez» junto al fiscal.

Romero y Mirian Lewin actuaron ya en una nota periodística en Morón. Fue sobre la Mansión Seré en ese partido que fue un centro de detención clandestina en la época de la dictadura militar.


LA MAS CREATIVA

Todo se centra como el detonante de la patraña en Mirian Lewin de García (podría ser Liwski), de 45 años, principal productora de «Telenoche investiga». Estuvo en la ESMA de la dictadura militar cuando tenía poco más de 20 años. Allí se casó con otro detenido, Carlos García. Estuvo detenida por sospechosa de haber intervenido en el atentado contra el almirante Guzzeti (fue baleado en la cabeza por un comando pero logró sobrevivir con parálisis). La izquierda no la acepta porque podía convocar familiares y recibirlos en la ESMA, además casarse y obtuvo permiso para exiliarse en el exterior. Además en un libro sobre «Las cárceles de la dictadura» no pudo explicar a una hermana de una desaparecida cómo sobrevivió de la ESMA. Finalmente en julio de 1985 en el juicio a los comandantes de las juntas militares del Proceso cuando fue llamada al estrado a declarar (convocada entre los fiscales por Luis Moreno Ocampo que hoy defiende al padre Grassi; como una ironía) declaró ante una pregunta de uno de los jueces, León Arslanian: «No, en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) no fui sometida a ninguna tortura física».

Actuó en la guerrilla con el seudónimo «La Polaca» y también «Peny J.». En ese libro sobre las cárceles confesó haber tenido la pastilla en la boca que los guerrilleros querían ingerir antes de ser detenidos y obligados con torturas a confesar. Ella no la tomó y tampoco la torturaron.

Protagonizó un hecho por televisión en diciembre 20 de 2001, día que cae Fernando de la Rúa. Describía a viva voz enfrentamientos, «masacres» en Plaza de Mayo, hasta que le advirtieron desde estudios: «Mirian, Mirian, estamos pasando imágenes directas de Plaza de Mayo». Y se veía que no había prácticamente nadie y menos tumultos a la noche.

¿Fue la Lewin quien le ofreció material de Morón sobre el padre Grassi a Jorge Lanata? Pareciera que no. Lanata en su programa el 24 de octubre dijo: «Hubo gente que hizo gestiones para vender la investigación a Grassi en programas de 'América 2'». Pareciera que era el grupo original de Morón al que luego se conecta Lewin y entrampa a «Canal 13» que necesitaba algo escandaloso para justificar «servicios públicos desde un diario» que no puede en consecuencia ser tomado por los acreedores de su deuda.

La situación de Lewin es comprometida en la creación de este complot para denigrar al padre Grassi.


LOS OTROS JUECES

Ninguno de los juzgados de menores de Morón -hay tres- tomó en serio la fábula de pedofilia contra el padre Julio. Ninguno dispuso retirar uno solo de los niños que enviaron desde la calle a que se eduquen en la Fundación Felices Los Niños. Sólo dos, de días, que aún tienen decisión de los jueces fueron retirados porque requieren pericias. Los tribunales de Morón son grandes beneficiados por tener en su territorio la mayor entidad privada asistencial de menores necesitados. Pero les envían chicos desde toda la provincia. Por caso Lomas de Zamora y Lanús son los que más la utilizan.


LOS «OCULTOS»

Desde jueces de menores a preceptores y directivos y empleados de la Fundación todos conocen a los que se presentaron con fines de ataque en «Telenoche investiga». «Gabriel» tuvo sólo 6 meses de permanente conflicto en la Fundación aproximadamente desde marzo a setiembre de 1997. Tiene 19 años. Había sido expulsado de su casa; de ahí su permanente rebeldía. «Fernando» tiene 19 años. «Luciano» es menor. «Fabrizio» es Mario A., de 29 años. «Ignacio» es Juan G.

El testigo «Néstor» en el logrado programa de Mariano Grondona el domingo pasado explicó bien la situación. El padre Grassi necesita ayudantes y serlo es un puesto privilegiado por los adolescentes. Hace 1 año Grassi se quebró la mandíbula en una forma tonta: masticando una milanesa de soja. Quedó con la boca inmovilizada y a cada instante tenía que parar a los niños de la Fundación que permanentemente querían besarlo. Ahí más que nunca necesitó ayudantes. Entre los restantes miles de chicos -los adolescentes- la envidia hacia estos chicos y algún otro en el jugueteo pícaro era decir que si gozaban del privilegio de manejar la camioneta del padre era porque estaban acomodados con él, como en la adolescencia se decía que el profesor dejaba al cuidado del aula o en el servicio militar el soldado que pasaban a ayudante y la pasaba mejor que la tropa. Pícaramente le atribuyeron relaciones con el jefe. Es común.

Sobre esta simpleza tan burda se pretendió montar una acusación de estupro contra el sacerdote. Por supuesto los chicos afectados lo negaron y son representados por el abogado Pierri en un caso por injurias muy comprometedor para quienes lanzaron la infamia.


AUTORIDADES DE AHORA

¿Cómo funciona la Fundación Felices Los Niños a partir de la injusta detención del padre Grassi? Bien. Ha quedado a un lado el «alma mater» de la administración como es Juan Domingo Pérez, a quien con esto de indagarle hasta el último pelo a la institución le achacaron en «Telenoche investiga» maltrato a hijos propios. Pérez -explican- tuvo un problema de divorcio y algún enfrentamiento con sus vástagos, pero es irreprochable el trato con los menores de más de 30 centros de atención, además de la sede central en Hurlingham, que dependen de la distribución de fondos de Pérez para poder abastecerse de comida para los chicos.

En la conducción institucional están Raúl Portal, vicepresidente laico que pasó a ocupar temporariamente el lugar de Grassi. Como vicepresidente Mario A. (irónicamente uno de los señalados por los inventores del tema como «violado»).

La parte más importante, la ejecutiva, la tomaron la hermana salesiana Zulma de la congregación «Madre Piedad en la Cruz» que actúa permanentemente desde hace años en la Fundación. El segundo del trío ejecutivo es la asistente social Adriana Pesce y el tercero es un hermano de Grassi, uno de los 4 del sacerdote.

Se cree que con el tiempo los fondos escasearán porque el padre Grassi es el que permanentemente lucha por la recaudación. En el festival de Soledad en el Colón, pese a ser beneficio para chicos la recaudación trataron de cobrarle los empleados municipales $ 29.000 porque «cualquiera sea la función ellos perciben horas extra del municipio». Tras pelear mucho el sacerdote logró una rebaja a $ 14.000.

Los abogados no les cuestan, felizmente, son ad honorem o pagados por privados. Una importante empresa de transporte paga los servicios del abogado Franco.


EL CASO CALAFATE

Por la declaración de «Andrés», un menor que se recibió de técnico agropecuario en el polimodal de la Fundación, en el programa de Mariano Grondona el domingo se sabe que fue tergiversada, cortándola al editarla y con una cámara oculta su declaración sobre Calafate, Santa Cruz. En realidad el villano allí sería el profesor Pablo Leticia que llevó a «Andrés» fuera de su casa para filmarlo ocultamente.

El padre Grassi cada vez que lleva chicos a vacacionar duerme en la casa del párroco local que aprovecha, se la deja y se toma unos días de licencia. En el caso de Calafate el párroco no quería tomarse vacaciones en pleno invierno por tanto le ocurrió algo rarísimo a Grassi: tener que ir a dormir a un gimnasio con los chicos. Muchas camas cucheta seguidas. El padre, el profesor y dos hicos se quedan por no querer asistir a un partido del seleccionado. «Andrés» y otro chico ven al padre dormido en una cama, al profesor en otra, a otro chico y a un tercero que hace un movimiento de alejamiento. «Podía estar tratando de llevarse algo, una billetera», dijo «Andrés» en Grondona. Fue un error de Grassi sabiendo que sus enemigos y los envidiosos de su obra lo acechan, aunque sea totalmente falso lo que le endilgan por ese episodio.

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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