Opiniones

23/11/2007

Fuente: AICA

Mons. Martorell advirtió sobre los que deforman la verdad

Puerto Iguazú (Misiones), 23 Nov. 07 (AICA):
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Martorell, recordó que “en su discurso escatológico, el Señor predice los sucesos que precederán el fin del mundo con la destrucción de Jerusalén y del Templo” y puntualizó que ese pasaje evangélico, advierte sobre quienes se “presentarán en su nombre, impartirán doctrinas engañosas y falsas profecías”,

Tras alertar que “ellos son los que deforman la verdad”, reclamó a los fieles “ser cautos y saber discernir”, porque “el que contradice a la Sagrada Escritura, el que no está con la Iglesia y el Magisterio del Papa no ha de ser escuchado”.

El prelado señaló que las guerras, revoluciones, terremotos, epidemias y el hambre que anuncia Jesucristo y que la historia de todos los tiempos registra, son “calamidades”, pero aclaró que “sería aventurado ver en ellas, como en la multitud de falsos profetas, la señal de un fin inminente”.

“Estas cosas  -explicó- tienen por fin recordarle al hombre que esta vida es transitoria, todo está en camino hacia los ‘nuevos cielos y tierra, en los que habite la justicia’ y en los que los justos participarán eternamente de la gloria de su Señor”.

Monseñor Martorell consideró que “en esta misma luz han de ser leídos todo tipo de persecución a la Iglesia, no son para perdición de los creyentes, sino para robustecer su fe, ‘así tendrán ocasión, dice Jesús, de dar testimonio’”, y precisó que “este discurso tiene una conclusión serena, llena de confianza, Jesús exhorta a sus discípulos a no preocuparse ni siquiera cuando sean apresados, llevados a los tribunales y perseguidos por sus amigos y familiares y convertidos en blanco de odio de todos. Y si hubieren de perder la vida, habrán ganado la eternidad”.

“No es con las preocupaciones, las protestas o las discusiones como se obtendrá la victoria, sino perseverando en la fe en Cristo y confiando en él, a pesar de las tormentas que nos acometen. Que la Virgen madre nos proteja y nos ayude a caminar por las sendas del bien y el amor”, concluyó.+

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