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22/9/2006

Fuente: El Ciudadano

Rechazan las acusaciones contra el cura Grassi

El artículo aparecido dos semanas atrás en este semanario, bajo el título ‘Grassi es un mafioso’, causó que padres de chicos que concurren al Hogar Don Bosco, ubicado en William Morris, así como la religiosa que dirige la Fundación, María Elena Ferracutti, salieran al cruce de las denuncias efectuadas por trabajadores de la entidad, que se encuentran de paro por falta de cobro de sus salarios.

Mientras los padres aseguraron a este medio no haber agredido a los miembros de la inspección que se llevó a cabo a fines de agosto(ver ‘El Ciudadano N° 349), como aseguraron diversos testigos judiciales y periodísticas, Ferracutti negó haber dicho que en el hogar "hay una crisis tremenda, al punto que no tenemos comida ni ropa para los chicos", como publicó Página 12, y dijo desconocer que se hubieran producido dichos hostigamientos.

La monja dijo además que "decir que el padre es una mafioso es una terrible mentira. Todo esto nos duele mucho, y gratuitamente tener que tratarlo así, es muy doloroso". Además aclaró que los trabajadores están cobrando desde hace meses 100 pesos por semana, "porque hay un donante que da el dinero, y cobran cien pesos los que cobran mil pesos en adelante y 50 pesos a los que ganan menos. Esto es para viáticos, para pagar las cuentas de luz y otros servicios", dijo.

–Usted dice que el dinero sale de un donante, ¿y la plata que gira el Estado?
–Este año todavía no recibimos nada.

–¿Ni siquiera la partida de 300 mil pesos, como se dijo?
–Todavía no; esperamos que sí la vayamos a recibir, pero no lo hemos recibido, por eso los trabajadores no han cobrado, porque nosotros no hemos cobrado.

–¿El donante es Julio Ramos, el director de Ámbito Financiero?
–No, es una empresa. Ramos es un tesoro, es un ángel para la Fundación. Se lleva los chicos a su quinta, les ofrece la pileta, les hace un asado y los lleva a pasear. El donante es una empresa, que no digo el nombre porque no les pedí permiso a ellos para decirlo. De todas maneras la donación es poca, por eso son sólo cien pesos por semana para cada empleado.

Según la religiosa, en estos momentos "hay más o menos unos 140 chicos en el hogar, y más de mil vienen a comer o a la escuela". Con relación al estado sanitario de los chicos (se denunciaron diversos casos de sarna, pediculosis y mala alimentación), dijo que los chicos "están bien", aunque se sabe que antes había atención clínica, oftalmológica y odontológica, y ahora sólo cuenta con la visita del pediatra Marcelo Barillá –ex secretario de Salud de Hurlingham– tres veces a la semana.

–¿Esa es la única atención que se les brinda?
–Eso y la atención del Hospital Posadas y del Hospital Municipal San Bernardino, que están a disposición nuestra.

–¿Cómo solventan la comida diaria?
–Viene de donaciones de la gente de Hurlingham, de Villa Tesei, de donde sea.

–¿Falta comida?
–Eso que han inventado de que falta ropa y comida, no lo entiendo; los chicos comen todos los días, y nosotros pedimos alimentos, pero no es cierto que hay una crisis de comida y de ropa.

–¿Cuál es el presupuesto de gastos aproximados mensuales de la fundación?
–Un millón de pesos mensuales, y la verdad es que no lo podemos cubrir.

–¿Eso es lo que se necesita o lo que se gasta habitualmente?
–Lo que se necesitaría... No lo usamos porque no lo tenemos. Ahora no le puedo decir cuánto gastamos, porque tenemos muchas deudas para pagar. La verdad es que yo no le podría decir a cuanto asume la deuda mensual, porque eso lo manejan los contadores.

El caso Grassi

Con referencia al cura Julio César Grassi y que seguiría estando al frente de la Fundación, Ferracutti aseguró que "él no viene aquí, el no entra hace cuatro años acá".

–Pero vive en una quinta ubicada enfrente del hogar, sobre Gorriti.
–No, no vive acá; él vive en otro lugar, acá tiene sólo una oficina.

–Nosotros hablamos con gente de los alrededores y nos comentaron que vive enfrente.
–Mire, sí..., a veces habla con los sindicalistas, con la gente, no se niega cuando es necesario, él habla. Lo que pasa es que él acá no está, y lo precisamos acá, aquí lo precisamos.

–¿Usted habla habitualmente con él?
–Yo lo llamo, lo saludo, le pregunto cómo está, a veces me dice ‘no tan bien’, y le digo ‘y claro padre, eso son nervios’. Lo que pasa es esto: un hombre que está injustamente alejado de los chicos, esa infamia que le han urdido, imagínese cómo estará... Poco a poco las denuncias fueron cayendo todas, porque todo eso no es verdad. Pero hay alguien que no lo quiere, una persona que yo sé que está diciendo que el padre es culpable, y lo dijo antes que nadie sin saber nada, sin ver las pruebas, y no voy a decir quien es. Tiene que ser gente muy importante, porque sino esto ya estaría en el olvido; pero no está en el olvido, entonces tratan de difamarlo, y por eso dicen ‘Grassi es un mafioso’.

GRASSI Y LOS ABOGADOS

Sobre la versión que indica que los dineros de la Fundación se estarían usando para el pagar el costoso equipo de abogados de Grassi, la religiosa aseguró que "eso es una mentira más grande que mi cabeza. Hay donantes que pagan la defensa del padre, y no sabemos cuántos son los honorarios. Esas son todas mentiras, y me duele porque los que escriben son argentinos..., ojalá fueran de otra nacionalidad, me da pena que sean los mismos argentinos. Dicen tantas mentiras que yo no creo nada".

RAÚL CORIA G.H.M.

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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