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31/1/2003

Fuente: ambitoweb.com - Edición 823

Previsible: Morón archivó una denuncia de extorsión

La Justicia de Morón decidió archivar la causa sobre extorsión que se inició a partir de una denuncia del padre Julio César Grassi y que apuntó al testigo de identidad reservada, identificado como «Gabriel».

En su dictamen, el fiscal Gustavo Gabriel Robles realizó una especial interpretación al considerar que no existió el delito de extorsión porque el padre Grassi «no efectuó ningún desprendimiento patrimonial y no sufrió exigencia alguna al respecto».

«Su interlocutor se limitó a hacer una referencia de inter-cambio de ayuda, la que no sólo no fue aceptada sino que nadie pudo interpretar aquí que esa propuesta era coactiva», remarcó el fiscal, pese a que O.A.(*) - «Gabriel» visitó al sacerdote curiosamente un día antes de que saliera la difamación en el programa «Telenoche Investiga».

La medida fue comunicada a la jueza Mónica López Osornio, y al jefe de fiscales Federico Nieva Woodgate. La defensa del padre Grassi adelantó que apelará el dicta-men. Pero en los casos de que un fiscal (en la provincia de Buenos Aires son quienes investigan) dispone «archivar» la apelación se hace al jefe de fiscales, que en este caso es el mismo Nieva Woodgate, o sea uno de los tres judiciales más comprometidos y con declaraciones públicas más detonantes en la infamia elaborada por la Justicia Penal de Morón actuando corporativamente en primera instancia y con procedimientos de tipo mafioso.

En su resolución el fiscal Robles realiza una minuciosa descripción desde el momento en que el administrador Juan Domingo Pérez realizó la denuncia de extorsión contra el padre Grassi en la comisaría de William Morris el pasado 22 de octubre. En la misma Pérez refiere que un joven que se identificó como Javier Galván se presentó en la Fundación Felices Los Ni-ños, y propuso entregar información sobre el contenido de la emisión del programa «Telenoche Investiga» que involucraba al sacerdote en supuestos casos de abuso sexual a cambio de dinero.

Esa persona sería O.A.(*) quien aparece como denunciante de Grassi en los casos de abuso de menores bajo la figura de «testigo de identidad reservada», aunque ya es mayor de edad.

• Interpretación

Si bien el fiscal Robles admite que la reunión pudo haber existido, sostiene que la emisión del programa ya se había anunciado por medios radiales, televisivos y gráficos y que por lo tanto «éste no podía de ningún modo evitar lo que a Grassi ya se le venía encima». Obviamente, es una interpretación personal del fiscal. O.A.(*) dijo -señalan los presentes en la entrevistaque a cambio del dinero él no iba a convalidar lo que salía en televisión y esto hubiera obligado a suprimir su participación o eventualmente todo el programa.

Recuérdese que otro testigo «Ezequiel» ya ha reiterado ante la Justicia que lo llevó engañado a «Canal 13» el que era su tutor Aníbal Vega.

Otro declarante «Andrés» también ya negó lo que le atribuyeron y probó que lo engañaron con una «cámara oculta».

Para una acusación del tipo de la lanzada, la ley exige mínimos dos testimonios. Hoy sólo queda el de «Gabriel» con contradicciones de fechas sobre los presuntos hechos, cartas manuscritas sobre las verdaderas causas de su huida de la Fundación y otras como con quiénes convivió luego.

Si además se prueba -hay testimonios técnicos hasta de las llamadas desde su casa de «Gabriel» a la Fundación para pedir dinero-que es extorsionador y se lo procesa, el «caso Grassi» debería ser cerrado en el acto por falta de pruebas. Desesperadamente para que no ocurra luchan y adulteran la ley los judiciales complotados de Morón.

En este sentido, el fiscal Robles interpreta que para que exista extorsión debe haber un ataque a la libertad mediante una intimación con la finalidad de forzar a la víctima a realizar un acto de desprendimiento patrimonial. «Aquí no existió ni lo uno ni lo otro», subraya.

Robles cerró la denuncia en Morón, en cambio, con que «no se reunieron los elementos de prueba como para tener acreditado el delito de extorsión contra Grassi», razón por la cual decidió archivar la causa. Como se ve, Morón sigue siendo (aún en mes de feria) el mamarracho judicial de la provincia de Buenos Aires.

Ahora resolverá, el insólito fiscal jefe Nieva Woodgate que también mandó a archivar «el sumario abierto contra el primer fiscal actuante Adrián Flores», a quién se le probó que había adulterado el testimonio de un testigo en la parte en que favorecía a Grassi en su declaración.

Pero el «archivado» de Nieva Woodgate ahí no prosperó porque el abogado Luis More-no Ocampo denunció a Flores directamente en la Procuración de la Provincia en La Plata a cargo del estricto y respetado Dr. Eduardo Matías de la Cruz, que ordenó que al fiscal Flores, del grupo de Nieva Woodgate, lo investigue la Justicia Penal de Lomas de Zamora, el fiscal Andrés Martín Devoto por la adulteración de testimonios de testigos.


(*) El texto original menciona nombres y apellidos, nosotros no podemos hacerlo por disposición judicial.

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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