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Buenos Aires, 1 de noviembre (INFOSIC). El sacerdote católico Julio César Grassi dijo esta noche sentirse "preso de una injusticia" por el proceso que tiene abierto por los presuntos delitos de abuso deshonesto y corrupción de menores, una situación que dijo no soportar y por la que está "deprimido". "No lo soporto, estoy muy mal, me siento preso de una injusticia con un pesar muy grande", se sinceró el cura desde el cautiverio en declaraciones al canal 9 de TV abierta. El cura párroco insistió en ejercer su propia defensa inclusive de las nuevas acusaciones que fueron incorporadas al expediente que tiene en sus manos el juez Humberto Meade. Advirtió que, más allá de su endeble situación anímica, está "trabajando" para la construcción de su defensa junto con sus abogados. Apuntó que los últimos relatos de menores que fueron difundidos por el programa "Telenoche Investiga", fueron en base "a interpretaciones" y, reitero, "los chicos nunca vieron una escena de tipo sexual", como sí lo manifestaron ante las cámaras de TV. En ese sentido, aseveró que esos nuevos testigos "fueron inducidos a decir lo que dijeron", aunque sus testimonios ya fueron incorporados a la causa que maneja el magistrado del Departamento Judicial de Morón. "En ningún momento los chicos vieron una escena de tipo sexual, lo que dijeron lo hicieron como interpretación, y cuando vieron la publicación de lo que habían dicho sintieron mucha verguenza", agregó Grassi en declaraciones al programa "Implacables", de Canal 9. Respecto de "Gabriel", el último testimonio aparecido en "Telenoche Investiga", el sacerdote dijo todavía "no saber quién es", aunque "intuye" saber de quién se trata. "Lo que yo considero que entre el que trajo a la persona que tenía que declarar inducida a mentir a aquel que reprodujo sin chequear la información, como el que autorizó la información, en algún eslabón de toda esta cadena tiene que estar la mentira. Quien la impulsó, no sé", analizó Grassi. Ayer, el juez de Garantías de Morón Meade rechazó el pedido de nulidad elevado por el abogado defensor del sacerdote, Jorge Sandro, al considerar que el relato del testigo bajo identidad reservada denominado Gabriel "se encuentra comprendido dentro de las excpeciones previstas en el artículo 286 del codigo penal". En tanto, el cura religioso cumplió hoy el octavo día de detención en la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Morón, ubicada en la localidad de Merlo, donde solo recibe visitas autorizadas por el juzgado interviniente. El juez Meade, a quien la defensa de Grassi intentó recusarlo para separarlo de la causa, interviene desde hace dos años en una investigación contra el sacerdote que se inició el 29 de noviembre de 2000 ante una denuncia anónima. Desde su lugar de reclusión temporaria, Grassi accedió a una entrevista telefónica con el programa que conduce el periodista Mauro Viale, y que se emite por Canal 9, uno de los medios que decidió ejercer la defensa mediática del sacerdote. El director de la Fundación Felices los Niños dijo sentir "incertidumbre" por su situación procesal, y que como teme que "en cualquier momento" pueda aparecer frente a sí "la tentación de bajar los brazos", lo "único" que quiere "hacer es seguir trabajando para la defensa". "La cruz es un elemento a superar, uno no tiene que cargarla y hasta tener placer con ella. La cruz es algo de eso y uno tiene que luchar para sacársela o convertirla en la luz. Y cargar la cruz no es lo mio", graficó, en términos teológicos. Por último, Grassi dijo haber recibido "una gran cachetada" con esta denuncia que lo tiene detenido y procesado por dos delitos que lo involucran con menores, pero sostuvo que le "duele" que, con estas acusaciones en su contra, "se ensució una obra que venía llevando con mucho entusiasmo".

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