Opiniones

23/10/2006

Yo no puedo perdonar, pero...

Como abogado me siento sorprendido y hasta consternado porque después de ver durante cuatro años ensuciar el buen nombre del Padre Grassi de las maneras más irresponsables y a la vez imaginativas sólo escuché de él "tener cuidado con no lastimar al demandar", "no devolver mal por mal", "ser mansos y no vengativos"... Y esto siempre me descolocó. ¿El cura está loco?, me preguntaba.

A cuatro años de vivir una Causa Judicial eternizada con alargues prefabricados y autodefensivos por parte de quienes "no quieren que nunca se sepa la verdad, porque los involucra, y mal" me encuentro ahora con un mensaje del padre Grassi que nos invita al perdón:

¡Sinceramente no lo entiendo!

No entiendo cómo perdonar a quienes llevaron a miles de chicos de nuevo a la calle.

No entiendo cómo perdonar a quienes impidieron que la Obra siga cobijando a más niños desamparados y con sus difamaciones crearon desconfianza social para que no ayuden a sostenerla...

No sé la fórmula de perdonar a quien todavía, lejos de arrepentirse, sigue promoviendo, extendiendo y agravando esta calumnia con operaciones de prensa y comprando testigos.

No sé de qué perdón me habla el Padre Fundador de Felices los Niños cuando la justicia le niega imparcialidad y lo trata como un "caso especial" por presión de cierta prensa.

¿A quién debo perdonar y cómo debo perdonar?. Cada vez que veo un chico en la calle perdono menos porque el Padre Grassi lejos de discursos y Convenciones los sacaba de la calle y les daba una rápida solución, ahora la situación económica ha llevado a Felices los Niños a disminuir sus servicios y mantenerse con lo mínimo.

Sin embargo, sé que se trata de un sacerdote y que a la sombra de Jesús y su Palabra todos los días toma decisiones y ve la realidad diferente a quienes en la Jungla de cada día nos enfrentamos al mal, que no da tregua.

El los perdona y yo busco justicia. El los perdona y hace un "punto y aparte", mientras que yo, como abogado, siempre pongo las cosas "entre paréntesis".

El los perdona de corazón y prefiero que no vaya a las mediaciones porque allí es capaz de terminar bendiciendo al adversario.

Cuentan que en la última indagatoria dejó en actas la visita de Jesús en Betania a Marta y María y terminada la declaración encontró en la Fiscalía una imagen de la Virgen de Luján a quien comenzó a acariciar con ternura y con lágrimas en los ojos le rogaba... Un policía le preguntó que llevaba en el bosillo de su camisa y el padre Grassi sacó una Teca donde tenía una Hostia Consagrada: -"Es Jesús: El sabe de juicios, El me va a ayudar a responder en este Pretorio", respondió. Es sacerdote, es Ministro de Dios, en todas partes, hasta cuando lo procesan por las más bajas acusaciones. No deja su ser ni se convierte en un justiciero: es el Padre, que es capaz de saludar con afabilidad al mismo Juan Pablo Gallego, como hizo en su última presentación judicial. Y así nos demuestra con su vida y no con sus sermones que es eso de ser cristiano.

Es dificil trabajar con el Padre Grassi pero a la vez también me hace reflexionar un poco acerca de lo que a mi me enseña y lo que a todos nos enseña este Día del Perdón del que habla el sacerdote: tal vez sea un camino, perdonar antes, para que seamos perdonados por Aquel que en el Padre Nuestro nos invita a hacerlo para que por El seamos perdonados. Sólo por hoy termino distinto: ¡QUE ASI SEA ! para todos los que arrojamos piedras sin mirar nuestro interior.

Dr. Ricardo Muro

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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