Fuente: AICA
CASO GRASSI: COMUNICADO DEL SECRETARIADO DE LA FAMILIA
Con motivo del trato que los medios de comunicación masivos están dando al llamado caso Grassi, este Secretariado creyó conveniente expedirse, no sobre el caso en cuestión, ya que no es de su competencia, sino sobre la actitud de los medios frente al mismo.
Buenos Aires, OCT 28 (AICA): Entre los numerosos comentarios, declaraciones y notas difundidos en los diversos medios de comunicación escritos, orales y televisivos, sobre el llamado “caso Padre Grassi”, el Secretariado Nacional para la Familia, de la Conferencia Episcopal Argentina, ha creído oportuno hacer conocer su opinión con respecto a la detención del mencionado sacerdote, fundador y animador de la Fundación Felices los Niños. A continuación transcribimos el texto completo de la declaración, que lleva las firmas de los presidentes del Secretariado, Rosa y Juan León, y del director de comunicación, Carlos Camean Ariza:
Imperfecciones de nuestro sistema de vida
“El caso del Padre Julio César Grassi no hace más que desnudar claramente las imperfecciones de nuestro sistema de vida. Porque si las acusaciones fuesen ciertas, no podría aceptarse de ningún modo que pudiera existir un sistema cuasi mafioso que le habría permitido vivir tan ignominiosamente todos estos años, delinquiendo con la protección de tantos, humildes, como ricos y famosos.
“No podría aceptarse de ningún modo que tanto la sociedad organizada como Estado, como la sociedad fáctica que rodea tan loables emprendimientos, hubieran estado tan ausentes de ejercer los controles mínimos que aseguraran a los niños albergados, no sólo instrucción y comida, sino una vida digna y alejada de la degeneración de un pederasta.
“Si las acusaciones fuesen ciertas, mucho tendríamos que discutir del papel que cabe a tantos por las responsabilidades no asumidas.
“Pero, ¿y si no son ciertas? ¿Cómo asumirían los medios de difusión su responsabilidad por esta verdadera carnicería mediática, despiadada, en la que a partir de un supuesto caso puntual de una persona determinada, se ha dado en discutir desde el celibato a la masturbación, o la actitud de la Iglesia frente al uso del preservativo o la convivencia de muchos hombres en un seminario?
“¿Acaso no conviven igual o más tiempo en cuarteles o campos petroleros sin que esto justifique conductas condenables en los miembros de las fuerzas armadas o trabajadores?
“No se puede acudir a recursos mezquinos para destruir a un sacerdote en su ministerio ni ensañarse con una institución que ha dado tanto a la Patria y a la humanidad. Una institución tan santa como para darnos a la Madre Teresa y sus monjas, y tan pecadora como para dar algunos malos ejemplos.
“No debemos prejuzgar, cuesta confiar en la justicia, porque debiera ser tan cuestionada ésta, que juzga al Padre Grassi, como se cuestiona la que juzga a algún político de nota. Quizá el pecado de prejuzgamiento de la sociedad de hoy hace que los jueces que fallan según los medios sean creíbles, y los otros cuestionados.
“Cuando se quita a Dios del escenario social, la Verdad absoluta desaparece. Y es reemplazada por las verdades obtenidas por consenso, la verdad de la ideología de turno o la verdad de los medios. Estas verdades no tienen la fuerza que la Verdad absoluta tiene en sí misma. Deben por tanto imponerse por la fuerza de la violencia. La violencia de algunos medios, en este caso, nos están diciendo: El padre Grassi es culpable. La Iglesia es culpable. Tienen que creer esto porque nosotros lo decimos.
“Hay mucho en juego, al menos la paz y la conciencia de los chicos de todos los internados que cubren nuestro país. Son lo único que importa y por ellos, por favor, seamos prudentes.”
