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3/12/2003

Fuente: ambitoweb - Edición 1129

Hechos poco creíbles y versión número uno

Ante la dura resolución del viernes de una Cámara de Apelaciones de Morón contra el juez Humberto Meade por haber encarcelado un mes, sin motivo, al abogado del sacerdote Julio Grassi, Miguel Angel Pierri, «Clarín» y «Página/12» recurrieron al artilugio de siempre: presunta violencia física amedrentadora contra O.A.(*) - «Gabriel», el presunto violado por el sacerdote.

El 10 de octubre de este año, cerca de Luján, y ahora en su domicilio de la Capital Federal, se habrían realizado los «atentados» de la misma forma y por una misma persona acompañada de otras usando pistolas 9 mm. Esta vez la denuncia dice que fue en el domicilio de «Gabriel» el viernes de la semana pasada (aunque denunciaron cuatro días después y tras conocerse la resolución de la Cámara de Morón). Que lo golpearon, le hicieron tajos sólo en un dedo («Clarín» para melodramatizar más dice que trataron de «cortarle un dedo»), le sacaron fotos, le hicieron firmar un escrito que «parecía judicial» (obviamente no tendría ningún valor), le dijeron: «Te vas a tener que retractar si no te vamos a hacer desaparecer».

Luego se retiraron tras comunicarse con Movicom y dejarle una bala con la que podrían matarlo, dijeron. Según «Página/12», O.A.(*) quedó en shock hasta el amanecer, en que se comunicó con su psicólogo Enrique Stola. «Clarín», en otra versión, dice que los atacantes huyeron por los ascensores y «'Gabriel' los persiguió por las escaleras». También O.A.(*) dijo que pudo atender su teléfono móvil y que por la ventana, para hacer más confuso todo, le señalaron la casa de un vecino que aparentemente sería también testigo contra el sacerdote y le dijeron que también de él «se iban a encargar».

  • Motivos

    Como siempre en estos «hechos» no hay una sola huella dactilar ni un Excalibur de teléfonos, ni un identikit. Nada.

    Anteriormente, el psicólogo Stola también dijo que habrían entrado a su domicilio cuando no estaba y le habían robado una computadora. Le sucedió, por caso, hace unos días al menemista Alberto Kohan, pero éste no se lo atribuyó, como Stola, a hombres de la Iglesia, sino a delincuentes comunes.

    Lo que va trascendiendo como versión en Morón es que O.A.(*), de 20 años, no estaría en condiciones con sus acusaciones de enfrentar a tres jueces en un juicio oral a Grassi. Sobre todo, porque él dejó escritos de puño y letra donde explicó, al abandonar voluntariamente la Fundación, los reales motivos de enemistad con sus compañeros por los cuales se alejaba. Además, tampoco podría responder por qué alega un intento de violación del padre Grassi en un día en que él ya no estaba en el hogar de menores.

  • Plan

    Agregan los comentarios que lo que verdaderamente se buscaría con esta maniobra de presuntos ataques sin sentido alguno a «Gabriel» sería facilitar que éste no vaya a testificar al juicio oral y hasta se lo podría hacer viajar al exterior como «desaparecido» o que él lo hubiera dispuesto «por temor». Cuando «Gabriel» la mañana anterior a ser lanzado el escándalo por «Telenoche Investiga» se presentó al padre Grassi extorsionándolo con pedido de dinero para poner de manifiesto la maniobra de la que había sido protagonista con «Canal 13», dijo ante testigos: «Quiero irme al exterior, a España o Filipinas». Este plan que estaría en gestación lo señala bien hasta el propio doctor Juan Pablo Gallego, abogado de «Gabriel» - O.A.(*). Declaró Gallego: «Estas maniobras (entrar a dos domicilios distintos del joven denunciante) son muy burdas porque, aunque logren que alguien se desdiga (con amenazas), el resultado sería nulo. Ya constan tres declaraciones de cada uno («Gabriel» y «Ezequiel»), hay coincidencias totales entre ellas y las pruebas acumuladas son contundentes». Gallego tiene razón en que cualquier intimación a «Gabriel» es burda y carece de sentido. Pero se equivoca en otro orden, porque no hay declaraciones «coincidentes» y menos en «Ezequiel», quien en dos oportunidades declaró que fue llevado a «Clarín» por el psicólogo Stola y «le hicieron la cabeza».

    También «Ezequiel» erró cuando dijo que vio otro presunto intento de violación de Grassi a un menor, que nunca fue identificado, y era un alumno de la escuela de la Fundación que cumplía años el 20 de enero y a fines de diciembre ya no había clases, por lo cual también tiene fallas esa declaración.

    El viernes, la Cámara Penal de Morón, al fallar contra el parcial juez Meade, menciona «irregularidades procedimentales (de procedimiento)» y de justificaciones de Meade «compuestas de palabrerío». O sea que fuera de la línea de Meade, Federico Nieva Woodgate en instancias superiores de Morón, donde se juzgará a Grassi, se conoce todo el «palabrerío» en denuncias que rodea este caso.


    (*) El texto original menciona nombres y apellidos, nosotros no podemos hacerlo por disposición judicial.
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    E N C U E S T A
    Padre Grassi:
    ¿Inocente o culpable?




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