Fuente: ambitoweb - Edición 2051
El sacerdote rechazó un presunto peritaje
La agencia «Télam», que se hizo eco de un supuesto peritaje psicológico en el que se le imputa a Julio Grassi un perfil de «delincuente sexual», debió otorgarle ayer al sacerdote el derecho a réplica.
Obviamente, Grassi negó la veracidad de ese informe en una causa abierta en Santa Cruz en la que se lo acusa de haber cometido abuso sexual contra un menor.
Grassi rechazó por «falsa» la pericia psiquiátrica ordenada por el Juzgado de Instrucción 1 de Santa Cruz en el expediente 37.306/2003 que investiga el presunto delito de abuso sexual cometido por el religioso contra un menor identificado como «Luciano» y que fue realizada en agosto del año pasado. Esa vez el menor declaró en tres oportunidades y envió dos cartas al juzgado -que fueron incorporadas al expediente- en las que negó que haya sido abusado sexualmente por el sacerdote.
«No hubo ninguna conclusión de la pericia, faltó completarla y es más, mis abogados presentaron la impugnación, por lo cual yo creo que esto es para hacerme pasar un papelón social», aseveró Grassi a «Télam».
«Alguien generó este material, porque ni el Juzgado de Santa Cruz ni nuestra defensa entregó nada a nadie», afirmó el sacerdote, quien si bien admitió que mantuvo reuniones con psicólogos «por propia voluntad» para realizar esa pericia, aseguró que el proceso «no se completó».
Por el contrario, los tests más significativos que se realizaron no muestran indicadores de pedofilia, nada de homosexualidad, ni psicopático.
«Si fue el abogado Gallego quien robó esa pericia va a ir preso, porque comete un delito y va a tener que pagarlo», aseveró Grassi, quien adelantó que pedirá una investigación penal para determinar cómo salió del juzgado ese preinforme.
La evaluación fue realizada por la psiquiatra Susana Mendoza y el psicólogo Gastón Lucas Mendicoa, miembro del cuerpo médico forense de la Justicia de Santa Cruz. Pero nunca se completó porque -según los abogados de Grassi- se pretendió hacer la reunión de las conclusiones sin el perito de parte. Además, quedaron sin hacer cinco o seis test que estaban previstos y que nunca se hicieron pese al pedido del sacerdote.
