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Cadena de Oración
por el Padre Julio César Grassi

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De: Hugo Molina

Fecha: 13 de octubre de 2008

Asunto: Carta abierta a Juan Pablo Gallego, Estela Carlotto y CASACIDN


Parece que en los tiempos que corren, la competencia por la vulgaridad y la falta de decoro, no tiene límites. Me refiero particularmente al comportamiento público del abogado Juan Pablo Gallego quien, en el juicio al Padre Grassi, representa a CASACIDN (el comité de Estela Carlotto), como parte de la querella. En su escalada mediática y haciendo caso omiso del pedido de prudencia por parte del tribunal, este peculiar personaje ha llegado al colmo de la chabacanería y la ordinariez (por llamarlo de alguna manera menos vulgar a lo que realmente es).

Se supone que es abogado puesto que ha sido aceptada su actuación en el citado juicio, aunque parece desconocer la presunción de inocencia y que es él, como parte acusadora, uno de los que tiene que demostrar que el delito existió.

Y entonces, frente a las vulgaridades del abogado, me pregunto: ¿no será que Gallego escandaliza porque se le acabaron las estrategias, y los testigos a los que arenga y presiona se le están cayendo? ¿No será que quiere representar en la calle una idoneidad de la que carece por completo frente al Tribunal? O será que se ha sincerado y en su camino a un supuesto estrellato, no reconoce ningún tipo de escrúpulo?

Días atrás y en dos ocasiones diferentes, escuché a Raúl Portal pedir a la señora de Carlotto, como presidenta de CASACIDN, que le diga a su abogado Gallego que deje de injuriar al Padre Grassi, mientras no presente pruebas fehacientes de su culpabilidad. Porque detrás del sacerdote, están los chicos de Felices los Niños, para quienes él es el padre a quien aman profunda y sinceramente. Y esos chicos, se supone, también tienen derechos humanos y merecen que se los respete en sus sentimientos. ¿O no?

Sin embargo, a la inversa de lo que cabía esperar, Gallego en la semana que pasó, redobló la apuesta. Realmente estoy asqueado de tanta bajeza e hipocresía. Porque es obvio que si Gallego “se pasa de rosca”, es porque aquéllos a quienes representa se lo permiten: de modo tal que tanto Estela Carlotto como Nora Schulman, también son culpables. Como también lo son aunque quizás inconscientemente, todos los opinólogos del caso que hablan, siempre desde el anonimato y sin conocer la causa y sus actores.

Y entonces me pregunto a quién más que no sea el Padre Grassi, le interesan el presente y el futuro de los chicos de Felices los Niños, de los que todavía están en la calle y de los mismos acusadores, a los que Gallego también ridiculiza con sus insólitas (¿o diabólicas?) demandas.

Y además: ¿alguien tiene idea de cuánto dinero (de nuestros bolsillos) lleva gastado CASACIDN tras su objetivo de destruir a Grassi y su obra, dinero que se debería utilizar para revertir la desnutrición de los pobres del Chaco, para rescatar a los chicos y adolescentes esclavos del paco o para combatir el trabajo infantil?

Si todo esto no es hipocresía barata, ¿cómo se debería llamar?

Hugo Fernando Molina

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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