Cartas

Ante todo debo pedirle disculpas por haberlo juzgado sin conocer su trabajo para con tantos chicos, y en segundo término decirle que -a pesar de profesar una religión que no es la católica- tengo la seguridad que todo en la vida es causa y efecto, y no creo que habiendo hecho tantas cosas por los niños como Ud. hizo, pueda haber grabado malas causas, para tener que sufrir los efectos que está sufriendo y si alguna vez grabó alguna mala causa como todo mortal común lo hace, ya tuvo sus efectos.

Tal vez en estos momentos le sirva lo que mi maestro de vida, el Señor Daisaku Ikeda, nos envió en una carta: "Uno puede demostrar su verdadera fortaleza sólo cuando derrota a un enemigo poderoso".

Siga adelante, con fortaleza, y recuerde que "cuánto más dejemos oir nuestra voz en defensa de la verdad, más podremos transformar el mundo".

Suerte y fuerza.