De: Nélida Di Costa
Fecha: 21 de noviembre de 2002
Mi estimado Julio, estamos festejando la buena noticia de tu libertad. El Señor nos ha escuchado a todos los que rogamos por esto. Imagino la gran felicidad de todos tus Hijos en la Fundación. Quise sumarme por este medio y compartir un poquito desde aquí toda la alegría de saberte nuevamente en casa, donde debiste estar siempre.
Sabemos que lo que no mata nos fortalece. Por eso debemos dar gracias por haberlo transitado, por más duro que sea.
Te mando un fuerte abrazo y toda la energía que puedas imaginar.
Siempre estás en mis oraciones. No me partes de las tuyas. Aleluya, el Señor nos ha respondido.
Con afecto,
Nélida Di Costa
Mi estimado Julio, estamos festejando la buena noticia de tu libertad. El Señor nos ha escuchado a todos los que rogamos por esto. Imagino la gran felicidad de todos tus Hijos en la Fundación. Quise sumarme por este medio y compartir un poquito desde aquí toda la alegría de saberte nuevamente en casa, donde debiste estar siempre.
Sabemos que lo que no mata nos fortalece. Por eso debemos dar gracias por haberlo transitado, por más duro que sea.
Te mando un fuerte abrazo y toda la energía que puedas imaginar.
Siempre estás en mis oraciones. No me partes de las tuyas. Aleluya, el Señor nos ha respondido.
Con afecto,
Nélida Di Costa