De: Diego F. Martínez
Fecha: 14 de noviembre de 2007Asunto: Presión y Locura Mediática
El martes pasado me comentaron que, nuevamente, en el Gran "Diablo" argentino había una nota sobre el Padre Grassi... ¡Qué novedad! me dije y, no pudiendo con la curiosidad, busqué dar con dicha nota.
Resulta que, dentro de una nota mayor donde se habla de un sacerdote abusador (no me consta) y con el título "Sacerdotes abusadores" aparece la foto del Padre Julio... Luego de un minuto de indignación (porque ya no les dedico más que ese tiempo de mi salud) me puse a meditar qué injusto sistema y qué perverso. Tanto se habla hoy de Derechos Humanos... pero parece que para este sacerdote no se escribieron, ni para su familia, ni para sus amigos, colaboradores y admiradores, ni en definitiva para los miles de niños y jóvenes que lo consideran su padre... Por qué la prensa puede libremente escribir semejante titular, sin que NADIE les ponga un freno... Entonces es lógico que muchos se asusten (jueces, fiscales, abogados, testigos) porque inconcientemente el mensaje es "guarda con lo que hacen porque no nos cuesta NADA ensuciarlos". Me pregunto: ¿La libertad de prensa es absoluta? ¿No debe respetar y ajustarse a la verdad? ¿Las personas no tenemos derecho, derecho humano, al respeto a la reputación y al buen nombre? ¡¡¡Por lo menos hasta que la justicia diga lo contrario!!! En el "Código Grassi" parece que no...
¿Qué sentiría Ernestina de Noble si en esta página (humilde y seguro de menor alcance que su diario) dentro de una nota de mujeres apropiadoras de niños, pusiéramos su cara y un texto que diga: "La Sra. de Noble es sin duda, el caso más conocido en nuestro país y se sospecha que sus hijos...bla bla bla"?
O bien: dentro de una nota de apropiadores de títulos digamos: "El Dr. Enrique Stola (foto mediante) es un caso paradigmático, ya que fue denunciado por ostentar un tìtulo que no posee... y bla, bla, bla".
O, quizás, en una nota sobre periodistas que están ahí por ser la esposa de un gerente, se afirme: "El caso de la conductora María Laura Santillán es, en este aspecto, uno de los más relevantes... y bla, bla, bla".
O también en una investigación sobre personas que luchan por una causa justa y son silenciados por el poder y/o el dinero digamos: "El caso más resonante es el de Estela de Carlotto quien a través de libres apariciones en el Monopolio Clarín es silenciada en la insistencia por averiguar la posible apropiación de los hijos de la dueña del Multimedio y bla, bla, bla".
¿No sería justo, verdad?
Nosotros, en el silencio del trabajo cotidiano, le seguimos poniendo el hombro al P. Grassi, a sus chicos y a la Obra...
Somos MUCHOS los que no les creemos más, ni somos fácilmente manipulados por sus noticias. Sólo espero que los Sres. Jueces del Tribunal Nº 1 de Morón (a quienes deben ir dirigidas estas presiones mediáticas) se ajusten al Expediente, a la Ley y a lo que se demuestre en el tan esperado juicio oral.
Una propuesta (aunque sea al vacío): ¿No existe una figura legal que prohiba hablar públicamente de cuestiones que serán tratadas en juicio? Porque si no recuerso mal, el Padre Grassi sí tiene esa restricción... No entiendo por qué de él se puede decir de todo y cualquier cosa...
Animo, querido Padre Julio!
Lic. Diego F. Martínez
El martes pasado me comentaron que, nuevamente, en el Gran "Diablo" argentino había una nota sobre el Padre Grassi... ¡Qué novedad! me dije y, no pudiendo con la curiosidad, busqué dar con dicha nota.
Resulta que, dentro de una nota mayor donde se habla de un sacerdote abusador (no me consta) y con el título "Sacerdotes abusadores" aparece la foto del Padre Julio... Luego de un minuto de indignación (porque ya no les dedico más que ese tiempo de mi salud) me puse a meditar qué injusto sistema y qué perverso. Tanto se habla hoy de Derechos Humanos... pero parece que para este sacerdote no se escribieron, ni para su familia, ni para sus amigos, colaboradores y admiradores, ni en definitiva para los miles de niños y jóvenes que lo consideran su padre... Por qué la prensa puede libremente escribir semejante titular, sin que NADIE les ponga un freno... Entonces es lógico que muchos se asusten (jueces, fiscales, abogados, testigos) porque inconcientemente el mensaje es "guarda con lo que hacen porque no nos cuesta NADA ensuciarlos". Me pregunto: ¿La libertad de prensa es absoluta? ¿No debe respetar y ajustarse a la verdad? ¿Las personas no tenemos derecho, derecho humano, al respeto a la reputación y al buen nombre? ¡¡¡Por lo menos hasta que la justicia diga lo contrario!!! En el "Código Grassi" parece que no...
¿Qué sentiría Ernestina de Noble si en esta página (humilde y seguro de menor alcance que su diario) dentro de una nota de mujeres apropiadoras de niños, pusiéramos su cara y un texto que diga: "La Sra. de Noble es sin duda, el caso más conocido en nuestro país y se sospecha que sus hijos...bla bla bla"?
O bien: dentro de una nota de apropiadores de títulos digamos: "El Dr. Enrique Stola (foto mediante) es un caso paradigmático, ya que fue denunciado por ostentar un tìtulo que no posee... y bla, bla, bla".
O, quizás, en una nota sobre periodistas que están ahí por ser la esposa de un gerente, se afirme: "El caso de la conductora María Laura Santillán es, en este aspecto, uno de los más relevantes... y bla, bla, bla".
O también en una investigación sobre personas que luchan por una causa justa y son silenciados por el poder y/o el dinero digamos: "El caso más resonante es el de Estela de Carlotto quien a través de libres apariciones en el Monopolio Clarín es silenciada en la insistencia por averiguar la posible apropiación de los hijos de la dueña del Multimedio y bla, bla, bla".
¿No sería justo, verdad?
Nosotros, en el silencio del trabajo cotidiano, le seguimos poniendo el hombro al P. Grassi, a sus chicos y a la Obra...
Somos MUCHOS los que no les creemos más, ni somos fácilmente manipulados por sus noticias. Sólo espero que los Sres. Jueces del Tribunal Nº 1 de Morón (a quienes deben ir dirigidas estas presiones mediáticas) se ajusten al Expediente, a la Ley y a lo que se demuestre en el tan esperado juicio oral.
Una propuesta (aunque sea al vacío): ¿No existe una figura legal que prohiba hablar públicamente de cuestiones que serán tratadas en juicio? Porque si no recuerso mal, el Padre Grassi sí tiene esa restricción... No entiendo por qué de él se puede decir de todo y cualquier cosa...
Animo, querido Padre Julio!
Lic. Diego F. Martínez
