De: Diego F. Martínez
Fecha: 11 de noviembre de 2006Asunto: Muchos podemos testimoniar
Conocí al Padre Julio cuando todavía no lo llamábamos así, sino simplemente Julio...
Yo tenía 11 años, mi hermano 13, y los de la "barra" oscilábamos entre los 11 y los 15 años...
Puedo contar muchas cosas, muchos recuerdos... pero sobre todo tengo siempre presente en el corazón a los primeros hermanitos a los que Julio les salvó la vida... Cómo olvidarme si fueron a vivir frente a mi casa de la infancia, cómo olvidarlo si de pronto tuvimos cuatro vecinitos nuevos con quien jugar...
Con Julio íbamos de campamento, compartíamos jornadas recreativas (en el hogar de niños de Morón) y NUNCA, NUNCA Julio tuvo alguna actitud fuera de lo normal en el trato de un salesiano con sus chicos... todo lo contrario, es uno de los salesianos que más ha marcado mi vida, que más claramente me hizo experimentar lo que Don Bosco nos propone.
En esta carta quiero ser la voz de todos aquellos adolescentes (hoy hombres y padres de familia)que podemos testimoniar sobre la entrega, solidaridad, cercanía y conducta intachable del "Padre de los que no tienen padre".
Diego (aquel adolescente del Barrio Manzanares) que sabés todo lo que te aprecia...
Conocí al Padre Julio cuando todavía no lo llamábamos así, sino simplemente Julio...
Yo tenía 11 años, mi hermano 13, y los de la "barra" oscilábamos entre los 11 y los 15 años...
Puedo contar muchas cosas, muchos recuerdos... pero sobre todo tengo siempre presente en el corazón a los primeros hermanitos a los que Julio les salvó la vida... Cómo olvidarme si fueron a vivir frente a mi casa de la infancia, cómo olvidarlo si de pronto tuvimos cuatro vecinitos nuevos con quien jugar...
Con Julio íbamos de campamento, compartíamos jornadas recreativas (en el hogar de niños de Morón) y NUNCA, NUNCA Julio tuvo alguna actitud fuera de lo normal en el trato de un salesiano con sus chicos... todo lo contrario, es uno de los salesianos que más ha marcado mi vida, que más claramente me hizo experimentar lo que Don Bosco nos propone.
En esta carta quiero ser la voz de todos aquellos adolescentes (hoy hombres y padres de familia)que podemos testimoniar sobre la entrega, solidaridad, cercanía y conducta intachable del "Padre de los que no tienen padre".
Diego (aquel adolescente del Barrio Manzanares) que sabés todo lo que te aprecia...