Cartas


Cadena de Oración
por el Padre Julio César Grassi

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De: Hugo Fernando Molina

Fecha: 26 de septiembre de 2010

Asunto: Crucifìcalo!!


En estos días, y luego de conocido el fallo de la Cámara de Casación de La Plata, el intento de linchamiento mediático al Padre Grassi alcanzó tales niveles de virulencia que llegó hasta el hartazgo.

Crucifícalo! Crucifícalo! Repetían sus enemigos en cada minuto de cámara que les ofrecía Clarín-Artear en los distintos medios que maneja. Y siempre en banda para juntar coraje, salieron las marionetas a atacar con palabras altisonantes y gestos ampulosos al sacerdote, víctima una vez más de un sistema de justicia donde reinan las presiones, la indecisión, los pases de factura y los carpetazos. Hace un tiempo atrás, leía los resultados de una encuesta en la que la pregunta principal era: “Cree usted en la justicia?” El 67% respondió que no y un 15% dijo que no sabía. Sin palabras.

A pesar de los años transcurridos desde los comienzos del cristianismo, esta vez al circo mediático tampoco no faltó nadie y algunos personajes hasta se multiplicaron. Estuvieron todos: los leones hambrientos, el pusilánime Pilatos, el bandido de Barrabás, varios Judas, el infaltable populacho pidiendo sangre... y hasta Anás y Caifás. Crucifícalo! Crucifícalo!

En esos días, pegarle al Padre Grassi se transformó en un deporte, tratando de destruirlo como hombre y como sacerdote. Y ya que estamos, por qué no enviarle un tiro por elevación a la Iglesia Católica menoscabando su labor concreta, silenciosa y solidaria que fue su columna vertebral a través de los siglos. Pero lo más triste fue ver cómo aquéllos que deberían ser veraces en sus conceptos, tergiversaron los términos del fallo de Casación y de la confirmación de la eximición de prisión por parte del TOC I de Morón. Evidentemente, la frustración por no poder quebrar al sacerdote y por un minuto de fama, no dudaron en hacer el grotesco tratando de convencer a una audiencia desprevenida o a aquéllos que creen encontrar en la caja boba, una verdadera fuente de sabiduría.

Confiamos que con el tiempo, y cuando Dios lo decida, se conocerá la verdad. Sería bueno saber si entonces, esos mismos personajes dirán: Reivindícalo! Reivindícalo!

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E N C U E S T A
Padre Grassi:
¿Inocente o culpable?




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