De: Mons. Elías Dávila
Fecha: 30 de mayo de 2009Asunto: Nuestras oraciones
Querido Padre Grassi:
El día de mañana, 10 sacerdotes ecuatorianos de la Arquidiócesis de Guayaquil, entre ellos dos argentinos, celebraremos la Santa Misa para pedirle a Dios la absolución de un martir inocente, al que quieren crucificar como a Jesús.
Nosotros estamos seguros de su vedad y santidad de obra, su trabajo debe ser imitado en todo el mundo, y la Iglesia debe crecer en solidaridad, pues es la única forma de amar a Dios, amando al hermano caído, injuriado, denostado por intereses sectarios.
Todos los días oramos por usted. Dios proveerá; su cruz ha sido muy pesada, nosotros queremos ser sus Cireneos, lo ayudaremos con la seguridad que el Señor escucha a sus hijos.
Esperamos con convicción el fallo absolutorio, y tendremos una gran Misa de acción de gracias. Quizás un día lo visite en Argentina, hace poco estuve pero enfermé y tuve que regresar urgente, mas los taxistas, la gente de la calle toda o la gran mayoría piensa en su inocencia. Que Dios lo bendiga.
Querido Padre Grassi:
El día de mañana, 10 sacerdotes ecuatorianos de la Arquidiócesis de Guayaquil, entre ellos dos argentinos, celebraremos la Santa Misa para pedirle a Dios la absolución de un martir inocente, al que quieren crucificar como a Jesús.
Nosotros estamos seguros de su vedad y santidad de obra, su trabajo debe ser imitado en todo el mundo, y la Iglesia debe crecer en solidaridad, pues es la única forma de amar a Dios, amando al hermano caído, injuriado, denostado por intereses sectarios.
Todos los días oramos por usted. Dios proveerá; su cruz ha sido muy pesada, nosotros queremos ser sus Cireneos, lo ayudaremos con la seguridad que el Señor escucha a sus hijos.
Esperamos con convicción el fallo absolutorio, y tendremos una gran Misa de acción de gracias. Quizás un día lo visite en Argentina, hace poco estuve pero enfermé y tuve que regresar urgente, mas los taxistas, la gente de la calle toda o la gran mayoría piensa en su inocencia. Que Dios lo bendiga.