De: Marcela Ríos
Fecha: 2 de agosto de 2006Asunto: Tal vez sea tiempo que salgamos de nuestro letargo y exijamos a la justicia
Me mueve a escribir esta carta la bochornosa y grosera puesta en escena de toda la mafia de cuarta que tiene al Padre Grassi de rehén mediático. Con varias décadas a cuestas, creo que nunca he sentido tanta repulsión.
Prensa amarilla de libelos de baja venta, abogados mediocres con sueños de estrellato seducidos por las luces de la pantalla chica, judiciales corruptos e incapaces para administrar verdadera justicia, falsos defensores de “los derechos del niño" que no respetan las horas de protección al menor, mientras relatan los supuestos términos de una denuncia de alguien o la que otro redactó y alguien fue obligado a firmar, pero que igualmente abunda en palabras y expresiones obscenas.
Todos juntos como en "cambalache" para atacar al sacerdote. Para atacar a un pobre cura se necesita tanta gente ("gente")? ¿Tan enorme se ha hecho ante los ojos de estos hijos de Satanás? ¡Cuán pocas agallas tienen, que necesitan juntarse para disimular su cobardía! Y todo para enfrentarse a un humilde sacerdote al que quieren perjudicar pero a quien, con toda esta farsa, lo están transformando en mártir!
¡Qué bajeza! ¡Qué vulgaridad! ¿Cómo gente grande no siente vergüenza de hacer o decir lo que hace o dice en la TV o en la radio? ¿Cómo algunos que creímos que eran periodistas serios se prestan a semejantes papelones mediáticos? Realmente siento mucho asco.
Tal vez sea tiempo que salgamos de nuestro letargo y exijamos a la justicia SERIA que tome el toro por las astas, que piense en el dolor de esos niños que están pagando el rating de los medios propiciadores de este escándalo. Tal vez hace demasiado tiempo que se dejó de escuchar el ruido de las cacerolas.
Queremos pronto el juicio oral para el Padre Grassi, así además de sus enemigos, él también tiene la oportunidad de contar su verdad.
Claro, que esta vez quienes lo atacan van a tener que presentarse de a uno y eso a los muy cobardes, los hace temblar.
Marcela Ríos
Villa Ballester (Bs. As.)
Me mueve a escribir esta carta la bochornosa y grosera puesta en escena de toda la mafia de cuarta que tiene al Padre Grassi de rehén mediático. Con varias décadas a cuestas, creo que nunca he sentido tanta repulsión.
Prensa amarilla de libelos de baja venta, abogados mediocres con sueños de estrellato seducidos por las luces de la pantalla chica, judiciales corruptos e incapaces para administrar verdadera justicia, falsos defensores de “los derechos del niño" que no respetan las horas de protección al menor, mientras relatan los supuestos términos de una denuncia de alguien o la que otro redactó y alguien fue obligado a firmar, pero que igualmente abunda en palabras y expresiones obscenas.
Todos juntos como en "cambalache" para atacar al sacerdote. Para atacar a un pobre cura se necesita tanta gente ("gente")? ¿Tan enorme se ha hecho ante los ojos de estos hijos de Satanás? ¡Cuán pocas agallas tienen, que necesitan juntarse para disimular su cobardía! Y todo para enfrentarse a un humilde sacerdote al que quieren perjudicar pero a quien, con toda esta farsa, lo están transformando en mártir!
¡Qué bajeza! ¡Qué vulgaridad! ¿Cómo gente grande no siente vergüenza de hacer o decir lo que hace o dice en la TV o en la radio? ¿Cómo algunos que creímos que eran periodistas serios se prestan a semejantes papelones mediáticos? Realmente siento mucho asco.
Tal vez sea tiempo que salgamos de nuestro letargo y exijamos a la justicia SERIA que tome el toro por las astas, que piense en el dolor de esos niños que están pagando el rating de los medios propiciadores de este escándalo. Tal vez hace demasiado tiempo que se dejó de escuchar el ruido de las cacerolas.
Queremos pronto el juicio oral para el Padre Grassi, así además de sus enemigos, él también tiene la oportunidad de contar su verdad.
Claro, que esta vez quienes lo atacan van a tener que presentarse de a uno y eso a los muy cobardes, los hace temblar.
Marcela Ríos
Villa Ballester (Bs. As.)