De: Esmeralda
Fecha: 26 de abril de 2009Asunto: Herodes
Herodes nuevamente ordenó matar a los niños para conservar su poder maligno.
Encima nos tratan de tontos. Por la Fundación del Padre Grassi pasaron cincuenta mil niños pero descubrieron, un mes antes de la sentencia, que los maltratan. Entonces, habrá que hacerles juicio político a todos los Presidentes, Gobernadores, Jefes de Gobierno, diputados, senadores, asesores de menores, fiscales etc. que pasaron durante este tiempo. ¿Cómo se les escapó esta infamia?
Si de juicio político se trata, habría que echarle una mirada a todas las denuncias que tiene la juez Rustán de Estrada ante el Consejo de la Magistratura.
Yo le preguntaría a la juez, y al fiscal Jalil, por sorpresa y sin preparar, en dónde está ubicada la Capilla, en dónde están los baños, dónde está la cocina. ¡Contesten funcionarios! De esa forma demostrarán que conocen el hogar, que alguna vez se dignaron a ir.
No tienen límites para la vileza. Son ponzoñosos, mezquinos, pero cuando más lo atacan a Grassi, más nos convencemos de que es inocente.
Herodes nuevamente ordenó matar a los niños para conservar su poder maligno.
Encima nos tratan de tontos. Por la Fundación del Padre Grassi pasaron cincuenta mil niños pero descubrieron, un mes antes de la sentencia, que los maltratan. Entonces, habrá que hacerles juicio político a todos los Presidentes, Gobernadores, Jefes de Gobierno, diputados, senadores, asesores de menores, fiscales etc. que pasaron durante este tiempo. ¿Cómo se les escapó esta infamia?
Si de juicio político se trata, habría que echarle una mirada a todas las denuncias que tiene la juez Rustán de Estrada ante el Consejo de la Magistratura.
Yo le preguntaría a la juez, y al fiscal Jalil, por sorpresa y sin preparar, en dónde está ubicada la Capilla, en dónde están los baños, dónde está la cocina. ¡Contesten funcionarios! De esa forma demostrarán que conocen el hogar, que alguna vez se dignaron a ir.
No tienen límites para la vileza. Son ponzoñosos, mezquinos, pero cuando más lo atacan a Grassi, más nos convencemos de que es inocente.