Cartas

Querido Padre Julio:
Mañana comienza el principio del fin para que termine su duro calvario. Las alimañas que lo fabricaron ya no podrán hacer oir su voz mentirosa y mordaz. Los funcionarios corruptos que se embarcaron en esta aventura no podrán disfrutar del dinero que seguramente les pagó el Grupo Clarín y sus secuaces.
Dios como Justo Juez les hará sentir el rigor de su justicia... aquí en el mundo y después en la eternidad si no se arrepienten y reparan el daño causado.
De lo que estoy plenamente segura, es que los tres, ahora hombres, que actuaron como idiotas útiles serán tirados por baranda, como "cosa que no sirve" por quienes haciendo uso de ellos para armar semejante daño ya no les serán de ninguna utilidad.
Lo que importa ahora es que los jueces sean ecuánimes y lo absuelvan totalmente de culpa y cargo. Confío que así será y que Ud. volverá a ocuparse de tantos niños y jóvenes que esperan ser rescatados de la enorme situación de riesgo en se encuentran.
No me olvido de rezar continuamente por Ud., sé que está en las manos de Dios, que la Madre Santa lo cubre con su manto y su Angel Custodio no lo desempara ni un instante.
Con todo cariño.
Carmen