De: Marinés Fantoni
Fecha: 4 de marzo de 2009Asunto: Los derechos de los niños
Leí con sumo interés la referencia al testimonio de Damián sobre los derechos de los niños.
En todo proceso donde están en tela de juicio supuestos abusos a niños, es justamente a los niños a los que habría que tratar de preservar. Recuerdo que en el juicio de mi esposo, Stefano Fantoni, procesado y absuelto por una acusación falsa de paidofilia, los medios no dudaron en ir inmediatamente a tomar imágenes del colegio primario adonde asistían nuestros hijos menores y más de cien chicos. Tampoco dudaron en publicar en el diario Clarín el apellido de mi esposo e hijos en la misma columna donde mencionaban que ellos concurrían como alumnos al mismo colegio, con lo cual cualquier lector del matutino los podía identificar y molestar, como efectivamente ocurrió. Desde ese entonces no he dejado de preguntarme, como lo hace Damián, dónde estaban en ese momento los defensores de los derechos de todos los chicos, para alzar su voz contra todos esos atropellos, más allá del resultado de la causa. El secretario de juzgado que hizo el allanamiento en mi casa el primer día para buscar supuestas pruebas, nos trató a mí y a mis hijos menores como si ya mi esposo estuviera condenado. Muchos de los personajes que también están interviniendo ahora en el caso Grassi (peritos psiquiatras sobre todo) hicieron lo mismo. Más allá de declarar a alguien culpable o inocente, hay ciertas formas que siempre debieran guardarse, en pro de los derechos de todos los niños, y para que todos los ciudadanos podamos creer que vivimos en un estado de derecho.
Siempre me quedará la misma pregunta que ahora se hace Damián: ¿qué daño hicieron mis hijos para que la prensa se ensañara así con ellos? ¿Nadie se daba cuenta de que ellos también eran niños ?
Leí con sumo interés la referencia al testimonio de Damián sobre los derechos de los niños.
En todo proceso donde están en tela de juicio supuestos abusos a niños, es justamente a los niños a los que habría que tratar de preservar. Recuerdo que en el juicio de mi esposo, Stefano Fantoni, procesado y absuelto por una acusación falsa de paidofilia, los medios no dudaron en ir inmediatamente a tomar imágenes del colegio primario adonde asistían nuestros hijos menores y más de cien chicos. Tampoco dudaron en publicar en el diario Clarín el apellido de mi esposo e hijos en la misma columna donde mencionaban que ellos concurrían como alumnos al mismo colegio, con lo cual cualquier lector del matutino los podía identificar y molestar, como efectivamente ocurrió. Desde ese entonces no he dejado de preguntarme, como lo hace Damián, dónde estaban en ese momento los defensores de los derechos de todos los chicos, para alzar su voz contra todos esos atropellos, más allá del resultado de la causa. El secretario de juzgado que hizo el allanamiento en mi casa el primer día para buscar supuestas pruebas, nos trató a mí y a mis hijos menores como si ya mi esposo estuviera condenado. Muchos de los personajes que también están interviniendo ahora en el caso Grassi (peritos psiquiatras sobre todo) hicieron lo mismo. Más allá de declarar a alguien culpable o inocente, hay ciertas formas que siempre debieran guardarse, en pro de los derechos de todos los niños, y para que todos los ciudadanos podamos creer que vivimos en un estado de derecho.
Siempre me quedará la misma pregunta que ahora se hace Damián: ¿qué daño hicieron mis hijos para que la prensa se ensañara así con ellos? ¿Nadie se daba cuenta de que ellos también eran niños ?