De: Cristina
Fecha: 28 de octubre de 2008Asunto: El perdón sana.
Estimado padre Grassi:
Desde hace años he tenido en cuenta sus reflexiones y su obra, también tengo presente el día, los programas de televisión, cuando se inició la calumnia hacia Ud, pero también hacia la Iglesia y hacia todas las personas de buena fe.
Recuerdo cuando Ud. denunció a una secta en Paso del Rey (prov. Bs. As.) que había asesinado a una nena, recuerdo una homilía suya en el año 2000, en el Santuario del Sagrado Corazón (San Justo, Prov. Bs. As.). Ese domingo era el Día de la Madre y Ud. celebraba la misa; en esa homilia Ud. comentó que colaboradores de la fundación le habían aconsejado no recibir más chicos, porque eran muchos y los costos económicos también, y Ud. comentó el caso de un chico que en un día de lluvia se había ido caminando desde Constitución hasta la fundación, y Ud. se preguntaba: ¿Cómo puedo decirle no a ese chico? y lo recibió.
También en esa homilia habló de que los chicos de la calle están en esa condición por las falta de amor de los padres y de la sociedad. También recuerdo un afiche que estaba (antes de la calumnia) en las estaciones de subte, donde había información sobre la fundación; en ese afiche había un texto que decía: "Detrás de cada chico que pide hay un adulto que lo explota". La fundación era y es una Obra de Bien. ¿Cuánto mal ha hecho la calumnia a esa obra? Sinceramente los seres humanos cuando nos dejamos llevar por los prejuicios ideológicos, anticlericalismo, odios, somos autores de mucho mal. Pero el motivo fundamental de esta carta es para decirle a Ud. cómo Dios obra a través de su testimonio porque cundo Ud. habla y entrega su perdón, manifiesta que no tiene sentimientos de venganza, a mí me produce una gran paz y una sanación, perdonar cómo Jesús nos pide, eso sana a la sociedad y a los que hay que perdonar porque tal vez no saben lo que hacen. Por último, me sorprende la capacidad de algunos en esta Argentina para hacer aparecer como muy malo lo que es muy bueno y viceversa.
Padre, fortaleza. Ud. ha pasado por muchas de las estaciones del Via Crucis de Jesús y Él resucitó. Jesús vive.
Estimado padre Grassi:
Desde hace años he tenido en cuenta sus reflexiones y su obra, también tengo presente el día, los programas de televisión, cuando se inició la calumnia hacia Ud, pero también hacia la Iglesia y hacia todas las personas de buena fe.
Recuerdo cuando Ud. denunció a una secta en Paso del Rey (prov. Bs. As.) que había asesinado a una nena, recuerdo una homilía suya en el año 2000, en el Santuario del Sagrado Corazón (San Justo, Prov. Bs. As.). Ese domingo era el Día de la Madre y Ud. celebraba la misa; en esa homilia Ud. comentó que colaboradores de la fundación le habían aconsejado no recibir más chicos, porque eran muchos y los costos económicos también, y Ud. comentó el caso de un chico que en un día de lluvia se había ido caminando desde Constitución hasta la fundación, y Ud. se preguntaba: ¿Cómo puedo decirle no a ese chico? y lo recibió.
También en esa homilia habló de que los chicos de la calle están en esa condición por las falta de amor de los padres y de la sociedad. También recuerdo un afiche que estaba (antes de la calumnia) en las estaciones de subte, donde había información sobre la fundación; en ese afiche había un texto que decía: "Detrás de cada chico que pide hay un adulto que lo explota". La fundación era y es una Obra de Bien. ¿Cuánto mal ha hecho la calumnia a esa obra? Sinceramente los seres humanos cuando nos dejamos llevar por los prejuicios ideológicos, anticlericalismo, odios, somos autores de mucho mal. Pero el motivo fundamental de esta carta es para decirle a Ud. cómo Dios obra a través de su testimonio porque cundo Ud. habla y entrega su perdón, manifiesta que no tiene sentimientos de venganza, a mí me produce una gran paz y una sanación, perdonar cómo Jesús nos pide, eso sana a la sociedad y a los que hay que perdonar porque tal vez no saben lo que hacen. Por último, me sorprende la capacidad de algunos en esta Argentina para hacer aparecer como muy malo lo que es muy bueno y viceversa.
Padre, fortaleza. Ud. ha pasado por muchas de las estaciones del Via Crucis de Jesús y Él resucitó. Jesús vive.
