Se acercan los días finales de la intervención de Felices los Niños y la interventora Gambaro junto al inefable Juan Manuel Casolati están desesperados por querer demostrar que gracias a su gestión los chicos aumentaron de peso. Es probable que la repetición casi diaria de fideos en la dieta de los menores redunde en unos gramos más o menos de los que tenían hace un par de meses. Pero la idea de querer apurar el "engorde" de los niños con una potente medicación de carbohidratos y vitaminas llamado ENSURE es ya un atropello y manipulación que no tiene nombre. No se puede vivir para contar. La vida tiene valor propio. La vida de los niños no es  un campo de batalla sobre el que se jueguen intereses de poder.

El ENSURE puede provocar daños metabólicos irreparables en la salud de los niños, como así también el aumento artificial de apetito y por lo tanto de la ansiedad. La cantidad que se les está proporcionando de ENSURE es el doble de lo que el prospecto propone en "posología y administración". Otra vergüenza de quienes son coherentes en algo: de la misma manera que pintan la fachada de los edificios pintan también la figura de los menores alojados en la Fundación, haciéndolos aumentar artificialmente un par de kilos por el solo hecho de tener un dictamen favorable y quedarse con la Fundación. ¿Quién hará algo por estos chicos doblemente en riesgo?